La construcción disciplinaria: teoría y circunstancia
Como organización
internacional especializada en salud, la Organización Panamericana de la Salud
(OPS) articula preocupaciones fundamentales sobre la asistencia sanitaria y la
investigación biomédica y las transforma en procesos de cooperación y en
sugerencias para legisladores y planificadores. A su intervención se debe la
relevancia que ciertos temas han adquirido en las agendas de los países de América
Latina y el Caribe. La equidad en el acceso a bienes y servicios, la necesidad
de armonizar tradiciones diversas en la superior síntesis del panamericanismo,
la constante necesidad de reformar y transformar instituciones son solamente
algunos ejemplos de temas convertidos en procesos sociales, ideas fuerza y
esfuerzo legislativo. Los nexos causales entre los factores económicos,
políticos, culturales o sociales y la salud de las poblaciones e individuos,
exigen un plano de reflexión que no se encuentra aisladamente en ninguna
disciplina. El desarrollo de la economía, las ciencias sociales, la terapéutica
biomédica y todas las tecnociencias suele desembocar en el aislamiento de cada
uno de estos discursos. Cada tecnología desarrolla una definición exclusiva y
excluyente de que constituye un legítimo problema y de cuáles son las
soluciones. Suele discutirse si la solidaridad o el lucro han de guiar la
estructura de los sistemas de cuidado de la salud, si el Estado o el mercado
han de regularlos, si la investigación debe favorecer a la ciencia o a la
sociedad. El “lenguaje de oferta” de bienes y servicios no halla adecuada correlación
con el “lenguaje de demanda”. Los expertos hablan a otros expertos. Las
necesidades originales se pierden en el virtuosismo técnico de la gerenciación,
la eficiencia y el avance tecnocientifico.
El discurso
bioetico puede contribuir al dialogo entre racionalidades y disciplinas, así
como ha contribuido al dialogo entre personas, grupos humanos y tradiciones
culturales. Su contextura transdisciplinar permite replantear desde una
perspectiva integral los problemas fundamentales, retrotraer su examen al mundo
vital en que se generan y expresan y desarrollar herramientas para su
comprensión en distintos ámbitos discursivos.
El discurso bioetico
se apoya en el dialogo como mecanismo y sustancia de la vida social. Exaltando
la diversidad de los puntos de vista, decanta lo humano universal que palpita
en preocupaciones tan diversas como el avance de las ciencias, el cuidado de la
salud y la relación con el ambiente.
Las versión de
bioética hoy prevaleciente puede sugerir una simplificadora esperanza: la de
que los grandes problemas pueden ser reducidos a sencillos algoritmos morales
que se resuelven aplicando principios elementales. Los principios de autonomía,
beneficencia, no- maleficencia y justicia, en sí mismos, no brindan claves para
saber cuál es el más importante o primordial. Tampoco para determinar cuándo y cómo
han de aplicarse a casos concretos. La infinita variedad de la conflictualidad
humana plantea siempre desafíos inéditos. Más que enseñar bioética, se trata de
facilitar el raciocinio bioetico. Para lograrlo se debe considerar el contexto cultural
y valórico en que tal raciocinio se practica.
Es por
eso relevante que el trabajo “practico” se nutra de substantiva y exigente inspiración
teórica y a la vez, se enraíce en la concreta circunstancia. Para América
Latina y el Caribe se plantea a veces la disyuntiva de importar soluciones o
imitar procedimientos. Soluciones a veces para problemas aun no sentidos como
tales por las respectivas comunidades; procedimientos basados en otras
tradiciones culturales y jurídicas. Ambos modos de actuar son necesarios en
etapas incipientes del desarrollo, pero sin duda inapropiados para instalar una
madura labor. La tarea bioética exige una vigilante conciencia y permanente
examen. Para construir una tradición propia y afirmar identidad es conveniente
conocer lo que se ha hecho en otras latitudes y naciones, estudiarlo a fondo
pero luego superarlo en la síntesis del trabajo propio. A tal fin se encaminan
los esfuerzos del Programa regional de Bioética y tal es el sentido del dialogo
insaturado con expertos de Estados Unidos y Europa.
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