Historia
Ecología
deriva del griego y significa “la ciencia de la casa” (oikos= casa). El primero
en utilizarla es Haeckel en 1966, y la define como: “ciencia global de las
relaciones del organismo con el mundo externo circundante, en donde podemos
incluir en sentido amplio todas las condiciones de la existencia”.
La
preocupación ecológica constituye uno de los retos más urgentes del actual
debate bioético. No sólo porque el deterioro medio-ambiental está poniendo en
serio peligro la continuidad del hombre sobre nuestro planeta, sino porque la
misma persistencia de toda vida constituye un grave reto ético.
En 1972 tiene
lugar en Estocolmo la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo y el
Medio Ambiente, que significo una primera toma de conciencia de la clase
política sobre el grave problema medioambiental que afectaba a la tierra. Como consecuencia surge el Programa de las
Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente (PNUMA) cuyo objetivo era sensibilizar
a la opinión pública sobre la gravedad del problema existente y que publica en
1982 su estrategia Mundial de Conservación de la Naturaleza. Durante
este tiempo surgen una serie de
organizaciones no gubernamentales que luchan por el medio ambiente.
Se busca lo
que se ha denominado un “desarrollo sostenible”: la necesidad de introducir un planteamiento nuevo de
desarrollo económico que sea compatible con el medio ambiente y que no origine
daños ecológicos irreparables, hipotecando así nuestro futuro.
Principales problemas ecológicos de la humanidad
-
Explosión demográfica.
Hace unos 25
años la tasa anual de crecimiento era de 2%, actualmente se calcula en 1.7%, lo
que significa que la población se duplicaría a este ritmo en 40 años.
-
Deforestación y desertificación.
La disminución
de bosques es muy preocupante, con la consiguiente pérdida de especies
vegetales y animales allí existentes. Además los grandes bosques tienen la
capacidad de absorber el CO2 y purificar el ambiente. La Amazonía es llamada
“pulmón de la tierra”. Por otra parte el proceso de desertificación se
encuentra en un grave proceso de avanzada.
-
La pérdida de biodiversidad.
Pérdida de un
número creciente de especies vegetales y animales, lo que constituye una pérdida irreparable.
-
Riesgo de cambio climático, inducido por las emisiones
de gases contaminantes, especialmente CO2 (por combustión de hidrocarburos). Se
trata del llamado efecto invernadero, ocasionado por la contaminación
atmosférica que impide la refracción de la radiación procedente del sol y que
puede incrementar la temperatura sobre la superficie de la tierra.
-
Lluvia ácida, consecuencia de las emanaciones de
azufre y nitrógeno procedentes de plantas industriales, que causa efectos
negativos sobre la vegetación.
-
Agujeros en la capa de ozono, en relación al uso
de clorofluocarbonos, productos químicos de uso industrial (usados en
aerosoles, climatizadores, fabricación de frigoríficos, etc.) que al
interactuar con la radiación ultravioleta se descomponen en ácidos que degradan
el ozono.
La capa de
ozono actúa como un escudo protector contra la radiación ultravioleta
procedente del sol. El aumento de esta sobre la tierra puede originar mayor
incidencia de canceres de piel, mutaciones genéticas etc.
-
Contaminación de las aguas, por uso masivo de
abonos químicos, insecticidas, pesticidas en la agricultura; por el efecto
contaminante de la industria sobre mares y ríos; por la degradación
medioambiental por ejemplo por pescas incontroladas, por el envío de desechos
radiactivos procedentes de centrales nucleares.
Responsabilidad del Cristianismo en la crisis
ecológica
Son
varios los autores que han afirmado que
la religión judeo-cristiana ha creado en el hombre occidental unas actitudes
que han sido las que han desencadenado el deterioro ecológico existente. La
tradición cristiana ha estado, impregnada por la convicción del dominio del
hombre sobre la naturaleza. La cultura occidental ha surgido desde la
convicción de la centralidad del hombre, el único creado a imagen y semejanza
de Dios.
Por el
contrario las religiones primitivas y las orientales contienen una relación más
armónica del hombre con la naturaleza que le circunda. Para las religiones
primitivas el hombre se encuentra inmerso en la naturaleza. Todo lo creado
tiene alma, una fuerza vital. Conciben a la madre tierra como un organismo
vivo. La salvación del hombre es inseparable de la naturaleza y la debe cuidar
y reparar cuando el ser humano incide en ella.
Para el hinduismo el hombre es
parte de la naturaleza. La creencia en la reencarnación conlleva un a actitud de
respeto por los otros seres vivos que forman parte de esa cadena de
reencarnaciones. El budismo ofrece una visión del hombre enraizado en la
naturaleza. El Budismo y el Hinduismo reconocen los mismos derechos aun a los
animales más diminutos ya que el hombre esta unido a ellos por la reencarnación
en una inseparable comunidad de destino.
Sin embargo
convergen en la tradición cristiana otras actitudes ante la naturaleza, como
ver la creación como reflejo de se Creador y como expresión de su amor hacia el
hombre. De ahí surge, especialmente en el campo católico, una actitud de
respeto hacia la naturaleza pues ella y sus leyes son expresión de la voluntad
de Dios.
Hay autores
que afirman que el pecado de las Iglesias no ha sido tanto el haber subrayado
la centralidad del hombre, cuanto no haber sabido asumir el progreso de la
ciencia y de la técnica y no haberse constituido en instancia crítica que
hubiese ponderado sus valores y sus limitaciones.
Recientes tomas de postura de la
Iglesia ante la crisis ecológica
Documento dedicado al tema de la
ecología por Juan Pablo II en la Jornada Mundial de la Paz Enero 1991:
-
la paz esta amenazada no solo por la carrera
armamentista y por la injusticia sino por la falta del debido respeto a la
naturaleza, la explotación desordenada de los recursos y el deterioro
progresivo de la calidad de vida. No se lograra el justo equilibrio ecológico
si no se afronta directamente las formas de pobreza existentes en el mundo.
-
Cuando el hombre se aleja del designio de Dios creador,
provoca un desorden que repercute en el resto de la creación “si el hombre no
esta en paz con Dios, la tierra misma tampoco estará en paz”.
-
Existe una profunda crisis moral de la que el deterioro
ambiental es uno de los aspectos más preocupantes. Ello lleva a una crítica de
los modelos consumistas vigentes en el mundo desarrollado y a la necesidad de
revisar seriamente su estilo de vida.
-
Toda intervención en un área del ecosistema debe
considerar sus consecuencias en otras áreas y en el bienestar de las generaciones
futuras. El universo es un todo dotado de un equilibrio interno que debe ser
respetado, así como la integridad de la creación.
-
En el fondo de la crisis esta una falta de respeto a la
vida; es el respeto a la vida y a la dignidad de la persona humana la norma
fundamental inspiradora de un sano progreso económico industrial y científico.
-
Se pide que la
Carta de los derechos humanos incluya el “derecho a un
ambiente seguro”.
-
Debe educarse en la responsabilidad ecológica
-
La cuestión ecológica es responsabilidad de todos ya
que la crisis ecológica es un problema moral que afecta a creyentes como a no
creyentes
-
Manifiesta una actitud critica a las manipulaciones
genéticas; no se ha calculado aun las alteraciones provocadas en la naturaleza
por una indiscriminada manipulación genética y por el desarrollo irreflexivo de
nuevas especies de plantas y formas de vida animal.
El Catecismo de la Iglesia Católica
incluye esta temática dentro del séptimo mandamiento en el epígrafe que lleva
por titulo “el respeto de la integridad de la creación”.
Principales respuestas filosóficas ante la crisis ambiental
Se puede hablar de cinco
actitudes históricas en relación con el medio ambiente:
- Actitud naturalista
Es la más
clásica y que sigue presente en muchos movimientos ecologistas actuales. Se
basa en la filosofía griega. La naturaleza es orden y criterio de bondad; lo
natural es bueno y la alteración es mal.
- Actitud emotivista
Difundida entre pensadores anglosajones, el más
influyente D. Hume. Los juicios morales dependen de los sentimientos. Es el
sentimiento de agrado o desagrado lo que nos lleva a evaluar si algo es bueno o
malo. Los movimientos de protección de los animales están influidos por esta
filosofía.
- Actitud utilitarista
Deriva del
emotivismo tiene gran influencia a partir del siglo XVIII con Adam Smith,
Bentham. Son economistas los que desarrollan esta teoría ética que considera
que la bondad-maldad de una hacino depende de su utilidad. La máxima ética
utilitaria será aquella que proporcione el mayor bien para el mayor numero de
personas, incluyendo a los animales.
- Actitud racionalista
Solo los
hombres tienen razón. Únicamente los seres humanos son sujetos éticos, los
animales no lo son. Las personas deben ser respetadas en sí, mientras que hay
que tratar a loa animales y a la naturaleza según criterios de utilidad, como
medios. Un exponente es Kant.
- Actitud ecológica
Es la más
propia de las filosofías del siglo XX, que intentan ser trascendentales dentro
de una estructura mundana. Conceden al mundo la mayor importancia. La ética
surge de la relación del hombre con el mundo. El mundo tiene categoría de
bonum, se le puede manipular y alterar pero hay que justificar esa acción.
Respuestas éticas ante la crisis ecológica
No solo se ha
culpado al cristianismo de la crisis medio-ambiental. Se ha insistido en que el
inicio del desarrollo científico, a partir del renacimiento, ha puesto
cimientos para una actitud hostil hacia la naturaleza.
Francis Bacon
decía “saber es poder”, en una concepción que la ciencia confiere al ser humano
el poder para encauzar y utilizar en su provecho una naturaleza en la que se
siente inmerso y desvalido a la vez.
El
cartesianismo de Descartes, significa una separación entre el hombre y el mundo
que le rodea. El hombre puede disponer del mundo circundante ya que la ciencia
lo capacita para poder actuar sobre la naturaleza. Mientras nuestra relación
con la naturaleza se rija por la convicción de la plena sumisión de la
naturaleza al hombre, no hay esperanza ni para la naturaleza ni para el hombre.
La crisis no
es solo ecológica ni se resuelve de una forma técnica. Hace falta una
modificación de los valores fundamentales y de las convicciones de sentido, así
como una conversión en nuestras actitudes y en nuestra forma de vivir. El
crecimiento y el progreso han sido entendidos como incremento de poder del
hombre.
Ante la
gravedad de la crisis ecológica se ha vuelto los ojos a los famosos principios
kantianos de la razón practica, confiriéndoles un a resonancia ecológica y
abriendo el horizonte hacia las generaciones futuras. Hans Jonas aplica al
campo ecológico una reformulación de los principios kantianos:
-
1ª formulación: actúa de tal forma que los efectos de
tu actuación sean compatibles con la permanencia de genuina vida humana sobre
el planeta.
-
2ª formulación: actúa de tal modo que los efectos de tu
acción no sean destructivos de la posibilidad futura de la vida humana.
-
3ª formulación: no comprometas las condiciones para una
continuación indefinida de la humanidad sobre la tierra.
Green
establece de forma similar unos criterios de ética ecológica: ponte a ti mismo en el lugar del otro,
incluyendo a las futuras generaciones.
Se insiste en
la necesidad de una conversión que lleve a la vivencia de que pertenecemos a la
naturaleza con todos los seres vivos. Debe encontrarse una relación armónica
con la naturaleza para dejar de considerarla objeto de explotación creado para
la utilidad del hombre.
El que ha
conocido el nombre de Dios, reconoce la belleza y sabiduría de Dios en todas
sus obras. Los que conocen a Dios porque creen en su revelación ven las huellas
de Dios en todas las partes de la naturaleza. Cada criatura aun la más pequeña
es percibida como una promesa viva de la gloria venidera. Viviremos de acuerdo
a la naturaleza si aprendemos a encontrar y a respetar a Diosa en la naturaleza
y a la naturaleza en Dios.
Reflexión final: una nueva conciencia ecológica
Se ha creado
la conciencia de que hay que mirar al mundo desde otro ángulo. El hombre tiene
que empezar a reconocer que esta entrelazado con el ambiente que depende de él
y que no se puede desligar de el sin sufrir daños.
Se pueden citar seis rasgos
conceptuales de este nuevo marco de interpretación:
-
El hombre debe abordar los temas de la naturaleza de
una forma complexiva, global, holística.
-
Debe imponerse la convicción de la profunda
interconexión existente entre los procesos naturales.
-
Debe pasarse de una visión exclusivamente
antropocéntrica del mundo a una concepción que asuma la dimensión biocéntrica. “Yo
soy vida que quiere vivir en medio de vida que quiere vivir”
-
La nueva conciencia ecológica debe incluir la
referencia evolutiva. El ser humano tiene en sus manos la responsabilidad de la
ulterior evolución. En nuestras cabezas descansa el futuro de la evolución del
planeta.
-
Se considera a la naturaleza y al cosmos penetrados del
espíritu. El hombre es un ser espiritual en busca de un sentido y un objetivo
de su vida. La espiritualidad lo lleva a una nueva conciencia ecológica.
-
Habría que considerar la referencia global ecológica
como un supraconcepto. Esta visión ecológica ve el mundo como una red de
múltiples relaciones, en donde todo esta unido y depende mutuamente. El ser
humano es parte de la naturaleza, esta sometido a ella y unido estrechamente a
la evolución.
Hay que decir
que los cristianos están tomando parte en estos intentos de una reflexión
racional ética sobre este problema y se esfuerzan desde su horizonte de fe por
distinguir el bien del mal y para elaborar un quehacer acertado en esta crisis...
Hay que
reconocer que los primeros impulsos éticos en este tema no han surgido ni de la Iglesias ni de los
teólogos, pero los cristianos han asumido estos impulsos desde su visión de la
realidad.
Con el tiempo
se tendrán principios, criterios, modelos y normas para un quehacer responsable
en la creación y los teólogos tendrán la tarea de presentar una síntesis lo que
llevara a una ética cristiana del medio ambiente.
Solo podemos
vivir de acuerdo con Dios si vivimos de acuerdo con la naturaleza por cuyo
medio Dios nos habla y en la que se refleja su amor creador.
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