ARGUMENTOS A FAVOR
a)
Debe reconocerse el derecho del
individuo a disponer de su vida.
b)
Los avances de la medicina, las
formas de vida social, el incremento de la longevidad de las personas, han
hecho que la muerte haya perdido su anterior naturalidad.
c)
La actividad sanitaria debe
ejercerse en beneficio del enfermo, no sólo para devolverle la salud, sino
posibilitándole una muerte piadosa.
d)
Adoptar una posición ante un numero de ancianos que viven solos física
y afectivamente.
e)
Existe el derecho a una calidad
mínima de vida.
Sea por compasión o
sea por respetar el supuesto derecho a actuar libremente, se trata de
justificar la eutanasia.
Cuando se
analizan todos los argumentos a favor queda claro que responden a una filosofía
de vida utilitarista, donde lo que se valora está en función de un resultado
satisfactorio con atención a los beneficios que se logran.
Lo que se busca en
definitiva, es el bien y el placer, pues ello se identifica con la felicidad
que se debe alcanzar. Están quienes insisten en que permitir el dolor en el
proceso de agonía, cuando se acerca el fin de la vida, puede significar una
acto de deshumanización. En consecuencia no debe ser tolerado. El ser humano
tiene el derecho a morir con dignidad – dicen – y a no sufrir innecesariamente.
Desde esta óptica, hacer morir al paciente se considera un acto de
misericordia, tanto de parte del médico como del pariente que pueda intervenir
en estas circunstancias.
ARGUMENTOS EN
CONTRA
a)
El enfermo
no tiene derecho a disponer de su vida, ni a acortarla
porque exista dolor. La vida no es un derecho del que alguien pueda disponer,
ni el propio titular, ni los familiares, ni el médico, ni el Estado. Si alguna
ley admitiera la eutanasia, estaría trasgrediendo un principio fundamental,
como es el derecho a la vida. Se invoca en este tema la existencia del “derecho
a morir”. Si lo que quiere decir es que se puede disponer de la vida, aquí
es donde se comete el error, pues la vida en sí es un valor indisponible e
irrenunciable.
b)
Admitir la
eutanasia supone aceptar que una persona puede disponer de una vida ajena para atenuar una situación de dolor, lo que es
grave.
c)
Flexibilizar la tolerancia de la
eutanasia no se sabe a dónde puede llevarnos desde el punto de vista social,
pues podría sostenerse que en las sociedades envejecidas las personas de edad
han perdido su lugar en la comunidad.
d)
La situación del médico se
vería particularmente comprometida, pues tendría la
responsabilidad de determinar cuándo poner fin a una vida, lo que es inadmisible
para la profesión, que está al servicio de la vida y no de la muerte. La
medicina debe luchar contra el sufrimiento por causa de la persona, y no debe
ir contra la persona por causa del sufrimiento.
e)
Existen otras alternativas para
superar el tema de la eutanasia, que pasan, precisamente, por aplicaciones
médicas tendientes a aliviar el dolor, lo que se denomina medicina
paliativa. Una muerte digna encuentra respuesta, no en la legalización de la
eutanasia, sino en el desarrollo de métodos paliativos, tratando de eliminar el
sufrimiento y no al ser humano que sufre, compartiendo sus temores e
incertidumbres, solidarizándose con sus familiares.
f)
Debe pensarse en los abusos a
que se presta la situación cuando es la ley la que autoriza la eutanasia.
g)
Los partidarios de la eutanasia
parten de una verdadera mentira, explotando el miedo
normal que toda persona tiene, no tanto a la muerte en sí, sino al sufrimiento
y a la soledad ante ella, afirmando que la eutanasia se justifica, para
evitar el dolor y el sufrimiento, cuando se sabe que éste es perfectamente
evitable en el 99% de los casos por los medios clínicos tradicionales y por
la aplicación de la medicina paliativa.
h)
Partir de la base de que en
todos los casos los médicos aplicarán medios desproporcionados. No es obligación mantener a un enfermo sufriendo gravemente e
indefinidamente a acusa del uso de medios desproporcionados. Esta es una
premisa falsa que utilizan los promotores de la eutanasia para justificarla.
i)
No existe ni el derecho ni la
libertad para quitarse la vida, ni para pedir a otro que me la quite, ni tampoco para quitársela a otro aunque no nos sea solicitado.
La mentalidad en
pro de la eutanasia y del suicidio asistido lleva en sí el germen d e la
destrucción social y de lo que significa ser persona. Debe ser denunciada y
refutada por todos los medios legítimos.
Una sociedad que
legitima la eutanasia no esta propiciando muertes dignas, sino la
multiplicación incalculable de patéticas cobardías ante la muerte. Una sociedad que legitima la eutanasia esta proclamando su ineptitud
para ofrecer autentica solidaridad, afecto y cariño a sus enfermos terminales.
La primera razón
para no aceptar la eutanasia radica en que es obligación del medico respetar la
vida del paciente terminal. La vocación del medico consiste en cuidar la salud
física y mental del hombre, aliviar su dolor y respetar su vida.
Otros argumentos
en contra:
a)
La extensión de la practica de la
eutanasia traería consigo una desvalorización de la vida.
b)
En la eutanasia pueden interferir
determinados intereses económicos
c)
La eutanasia una vez generalizada,
podría incluso incurrir en verdaderos homicidios intencionados, verdaderos
asesinatos.
d)
Trae una desvalorización de la
profesión médica y una desconfianza generalizada en los cuidados terapéuticos,
particularmente en los casos de ancianos y enfermos graves.
e)
Va contra el progreso de la
medicina logrado a lo largo de siglos.
f)
Los diagnósticos casi nunca tienen
certeza absoluta y pueden ocurrir errores.
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