lunes, 28 de julio de 2014

EL MEDIO AMBIENTE, EL HOMBRE Y LA NATURALEZA MORAL Y ECOLOGÍA


La Ecología, tal como la define el Diccionario de la Real Academia Española, es una parte de la Biología, y no un capitulo de la ciencia moral.

Sin embrago, se ha llegado a un punto en el que la alteración del medio ambiente puede hacer inhabitables extensas áreas del mundo. Es precisamente esa agresión humanan al naturaleza lo que constituye a la ecología como objeto de estudio de la ciencia ética.

EL MEDIO AMBIENTE

De la filosofía moderna ha destacado la importancia del mundo en la interpretación del hombre. Heidegger y otros filósofos han querido definir al hombre, como un ser-en-el-mundo.
Conforme a esta interpretación existencial, el mundo no es un simple “añadido” a la existencia humana, sino que la mundanidad le viene al hombre desde si mismo. Zubiri afirmara, que “un hombre sin mundo es una especie de contra ser o de contra existencia. “El hombre sin mundo no llegaría a la categoría esencial de hombre.

En este contexto filosófico, la realidad del “mundo” no se entiende como el mundo físico”, sino como “cosmos” o conjunto de cosas ordenadas que ayudan al hombre a realizar su propia vida como ser humano. “Mundo” es como el “ambiente de la vida”.

Ortega y Gasset decía: “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”. El concepto de circunstancia en el pensamiento orteguiano abarca las mismas condiciones psicológicas del individuo. Pero es evidente que la circunstancia se refiere muy directamente a las condiciones ambientales de la existencia concreta del hombre.

Es preciso destacar la segunda parte de la frase de Ortega por su dimensión ética en el campo de la ecología. “salvar la circunstancia a favor del yo” es el campo especifico de la moral ecológica, dado que si no se salva el ambiente, tampoco se puede salvar el hombre. el deterioro del aire, del agua, de los recursos naturales, etc., del medio ambiente, o sea la “circunstancia”, puede hacer inhabitable el mundo.

EL HOMBRE EN LA NATURALEZA

La ecología es una ciencia que trata de estudiar las relaciones mutuas entre los organismos y sus ambientes respectivos bajo condiciones naturales. La palabra ecología viene del griego “oikos” que significa hogar o patrimonio.

La naturaleza (el medio ambiente) no es solo un condicionante de la existencia humana, sino de todos los seres vivos. Estos tienen un medio físico en el cual es posible su vida y su desarrollo. Los seres vivos necesitan para subsistir unas condiciones ambientales muy concretas.

Ningún ser vivo puede vivir independiente del ambiente y este es compartido simultáneamente por todas las especies vivas, de forma que unas posibilitan la supervivencia de otras.
El mundo orgánico e inorgánico esta tan interrelacionado, que forma un circuito que no puede romperse sin que se resienta algún ámbito importante de la naturaleza. La naturaleza tiene una conexión admirable, que hace posible la existencia armónica de todos los seres vivos.

El hombre puede transformar de tal forma el ambiente hasta el punto de hacer imposible la vida humana. La industria por el creada es capaz de desordenar esa “casa” de la naturaleza y ese “hogar o patrimonio” del mundo, hasta trastocarlo, de modo que rompa y acabe con la armonía de cada ambiente, que haga inhabitable esa residencia común.

En este sentido la moral medirá en que medida el hombre tiene dominio sobre naturaleza, de forma que haga posible y capacite la existencia del hombre con un sistema de vida verdaderamente digno de la persona.

MORAL Y ECOLOGIA

La eticidad del problema ecológico ha surgido con motivo de las profundas transformaciones que el hombre ha causado en estos últimos años en la naturaleza. La alteración de la naturaleza abarca todos los ámbitos que son esenciales para los seres vivos: al agua, el aire, la clorofila, los espacios habitables, los recursos naturales, las materias primas, etc.

El tema de las fuentes de energía ha puesto de relieve que su limitación puede crear serios problemas al futuro de la humanidad, y los temas de la energía atómica preocupan por el peligro que encierra para el medio ambiente.

Los principios éticos que debe regir las relaciones hombre-naturaleza no son fáciles de formular, pero cabe reducirlos a los siguientes:

1.-     La naturaleza tiene una finalidad clara: el servicio del hombre. El mundo no tiene un fin en si mismo, sino que todas las criaturas están al servicio del hombre. Esta condición finalista de la creación fundamenta la moralidad de la acción del hombre sobre ella. Esta doctrina rompe con el sentido sacral e intocable con que algunas religiones primitivas proponen la relación del hombre con el mundo.

2.-     La racionalidad humana sitúa al hombre con un poder de dominio y transformación del mundo. El hombre es capaz por su inteligencia de explicitar, dominar y usar todas las energías que encierra el mundo en servicio de su propia existencia.

3.-     El dominio del hombre no es absoluto dado que el mismo forma parte de esa naturaleza, y en caso de violentarla, puede hacer difícil su propia subsistencia. La concepción cristiana afirma que el mundo dice relación primaria a Dios, pero en relación al servicio del hombre, siempre que su uso este destinado a todos y elimine su acción destructiva sobre la humanidad.

4.-     La eticidad del uso y dominio del mundo a favor del hombre ha de ser considerada en relación con todos los hombres y a favor de todos los pueblos. La explotación de la naturaleza no ha de hacerse en virtud de la fuerza de un; pueblo sobre otro, o de las necesidades de un área cultural frente a pueblos situados en otra cultura.
5.-     El dominio del hombre sobre la tierra ha de considerarse a la luz de la solidaridad del hombre con la humanidad entera, incluidas las generaciones que nos seguirán en el tiempo. El hombre del presente debe preparar las condiciones de vida del hombre del futuro, de forma que le sea posible y realizable un hábitat más humano, que le ayude a alcanzar su alta dignidad.

6.-     La ética ecológica debe evitar la tentación de dirigir sus soluciones en la dirección de una limitación de natalidad y del crecimiento del mundo, en lugar de orientar en el recto uso de los bienes y la obligación de encontrar los inmensos recursos físicos sin utilizar, tanto en la producción agrícola como minera. Conviene evitar una visión catastrófica del futuro. Las riquezas del mundo son muchísimas y la inteligencia del hombre puede aumentarlas aun más.

La naturaleza es inmensamente rica y cuenta con recursos abundantes para el futuro. No obstante, no debe abusarse y se debe evitar el despilfarro. Ante los síntomas de maltrato a que esta sometida la naturaleza, el tema de la moral en el campo de la ecología debe preocupar a rodos los hombres.

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