NOCION
PRELIMINAR DE ETICA
La ética filosófica
o filosofía moral es la parte de la filosofía que estudia la vida moral del
hombre, es decir su comportamiento libre.
La ética es una
disciplina filosófica, esto es, una investigación racional y sistemática que
estudia su objeto propio (la vida moral) desde una perspectiva de totalidad y
con el propósito de sacar a la luz sus aspectos más profundos y universales.
La ética fIlosofica
se distingue del conocimiento moral espontáneo. El conocimiento moral espontáneo
es parte integrante de la vida moral, es una realidad vivida, una dimensión
esencial de la existencia humana. La ética filosófica es una reflexión sistemática
y críticamente elaborada que no todo hombre realiza. La ética pretende esclarecer
filosóficamente la esencia de la vida moral y las relaciones fundamentales en
ellas implicadas, con el propósito de formular normas y criterios de juicio que
puedan constituir una orientación valida para el ejercicio responsable de la
libertad personal.
La ética filosófica
se distingue también de la
Teología moral porque esta ultima además de incluir todo lo
que la razón nos enseña acerca de la
vida moral, contiene también lo que acerca de ella enseña la Fe , luz intelectual superior a
la razón, fundamentada en la
Revelación divina.
La ética filosófica
se distingue de las ciencias positivas (psicología, sociología de la moralidad)
por la perspectiva de totalidad y por el grado de profundidad que le es propio.
La perspectiva de totalidad es una característica esencial de todo estudio
verdaderamente filosófico.
Ética es un término
muy antiguo. Procede del vocablo “ethos” que significa “carácter”, “modo de
ser”. Aristóteles advierte que “ethos” se traduce por “habito” o “costumbre”.
La ética es un
tratado práctico porque se refiere a las acciones humanas y a la vida moral no
solo para conocerlas sino para dirigirlas.
La ética considera
las acciones humanas en su relación con el modo de ser (ethos) que la persona
adquiere a través de ellas.
El ámbito de la
realidad estudiado por la ética esta constituido por la persona humana
considerada directamente no en su ser físico psicológico, sino en el ser y en
la configuración buena (virtuosa) o mala (viciosa) que se da a si misma
mediante sus acciones.
OBJETO DE LA
ETICA
Objeto material: los actos humanos
Objeto material de
una disciplina científica es la realidad o conjunto de realidades que
constituyen su objeto de estudio. Las acciones humanas son el objeto material
de la ética.
Actos humanos son
aquellos que el hombre es dueño de hacer y de omitir, de hacerlos de un modo o
de otro. Son las acciones libres que proceden de la deliberación racional y de
la voluntad, sea inmediatamente (amor, deseo) llamados actos elicitos de la
voluntad o sea a través de otras potencias (hablar, trabajar, golpear) llamados
actos imperados por la voluntad.
Actos del hombre
son los que no son libres, bien porque falta el necesario conocimiento o
voluntariedad, o porque se trata de procesos sobre los que el hombre no posee
un dominio directo (desarrollo físico, circulación de la sangre, etc.)
En el acto humano
el hombre tiene la conciencia de ser el mismo el autor; cuando se da un acto
del hombre el sujeto humano tiene conciencia de que algo ocurre en el.
Las acciones de la
persona humana son objeto material de la ética en cuanto que es libre, esto es,
en tanto que presuponen la actuación de la deliberación racional y de la
voluntad.
Objeto formal: la moralidad de los actos humanos
El objeto formal de
un saber es el aspecto o la propiedad del objeto material que directamente le
interesa.
El objeto formal de
la ética es aquello según lo cual los actos humanos, considerados formalmente
en cuanto tales son calificados como buenos o malos. La bondad o maldad de las
acciones humanas en cuanto tales se llama moralidad. El objeto formal de la ética
es la moralidad de los actos humanos.
La moralidad de las
acciones humanas no se identifica formalmente con las cualidades naturales
(inteligencia, habilidad) que la persona pone en juego al obrar. Las dotes
naturales del hombre son moralmente ambiguas, porque pueden ser utilizadas para
el bien o para el mal. Solamente mediante una decisión libre puede un hombre
ser bueno o malo moralmente.
La bondad o malicia
morales tampoco se confunden con la que pueden tener las acciones humanas con
relación a una finalidad restringida, como es la perfección técnica en la
consecución de objetivos particulares o en la realización de determinadas
obras. Se trata de dos puntos de vista, el moral y el técnico formalmente
diferentes.
El bien y el mal
morales, es el bien y el mal que las acciones poseen en tanto que humanas, y
por eso afectan a la persona humana en
cuanto tal, en su totalidad: hacen al hombre bueno o malo absolutamente y sin
restricciones como persona humana.
El bien moral
coincide con el bien de la persona en la medida exacta en que este bien esta en
juego en la acción libre y ha de ser realizado a través de ella.
EL ESTATUTO CIENTIFICO DE LA ETICA
La ética como ciencia especulativo-practica y normativa
La moralidad de los
actos humanos no es una realidad especulable, es una realidad operable y
realmente efectiva solo en tanto que obrada por el hombre; es objeto fin de
realización y no de contemplación. La moralidad es un objeto práctico, relativo
a la acción humana.
El objeto de la ética
no es únicamente comprender la moralidad de las acciones sino ayudar al hombre
para que realice la moralidad en sus acciones.
La ética pretende
dirigir (según Sto. Tomas de Aquino) los actos libres hacia el bien perfecto o
fin ultimo de la persona, dirigir las acciones humanas desde el punto de vista
del bien en sentido absoluto.
La ética filosófica
es un saber práctico no solo porque es un saber acerca de las acciones sino
porque es un saber directivo de las acciones. La ética formula y fundamenta
filosóficamente juicios de valor y normas del comportamiento de validez
absoluta con la intención de orientar el ejercicio de la libertad personal
hacia el bien de la persona humana en cuanto tal.
La ética no es
simplemente un saber práctico, capaz de establecer reglas de conducta. La ética
es propiamente un saber normativo capaz de establecer virtudes y normas de
valor absoluto en incondicionado, cuyo valor no depende de normas establecidas
por otra ciencia práctica.
Las objeciones de matriz positivista a la ética normativa
Según el
positivismo el saber ha de limitarse a registrar y ordenar los hechos
verificables por medio de la experiencia sensible, sin que sea posible en
ningún caso trascender el plano por ella determinado. La única fuente legitima de conocimiento
cierto esta constituida por lo que llamamos ciencias positivas y el único método
científico es el empírico. Queda excluida la posibilidad de obtener un
conocimiento cierto y sistemático de valores y normas morales vinculantes.
A)
Positivismo sociológico
Hablar de una
ciencia normativa es un absurdo. La ciencia por definición conoce lo que es, no
lo que debe ser. La ciencia es una aplicación metódica del espíritu humano a
una parcela de la realidad dada para descubrir las leyes que gobiernan los
fenómenos. La moral no puede ser otra cosa que una ciencia de las costumbres,
cuya tarea consiste en describir los usos y las valoraciones morales propias de
cada sociedad. De ningún modo la ética podría arrogarse la función de
prescribir leyes a los hombres y a los grupos sociales.
El positivismo sociológico
considera los fenómenos morales como fenómenos de origen social, que se han
interiorizado a causa de la presión ejercida sobre el individuo por la
sociedad. La consecuencia mas negativa del sociologismo positivista esta en el relativismo
ético.
B) El empirismo lógico-lingüístico
Dentro existen
posiciones éticas diferenciadas: el hedonismo, el intuicionismo, el emotivismo,
el prescriptivismo.
Elemento común
inicial de esta tradición filosófica es la aceptación del principio empirista,
que reduce el conocimiento humano a la experiencia sensible.
La ética debería
quedar reducida (según estos autores) a una lógica del razonamiento moral, que definiría
los conceptos morales, sus relaciones entre si y con los conceptos no morales,
y que determinaría cual es su uso legitimo.
Los emotivistas
piensan que las proposiciones éticas son no significativas, no corresponden a ningún
hecho empírico, no nos dicen nada acerca del mundo y por tanto no pueden ser ni
verdaderas ni falsas: manifiestan una reacción emotiva personal de aprobación o
desaprobación.
El problema de la universalidad y singularidad de la
verdad moral
La distancia entre
el saber moral universal (ciencia ética) y las exigencias de una situación ética
concreta se salva mediante la síntesis de diversos principios morales,
completados con el discernimiento de las circunstancias, con la experiencia del
pasado y con la previsión de las consecuencias futuras. Operar esta síntesis es
la función propia de la prudencia, que dirige la acción de modo más inmediato
que la ética.
La categoría de
saber práctico es una categoría análoga que admite grados, siendo la prudencia
el analogazo principal.
La ética filosófica
es una ciencia verdaderamente práctica, tanto por su objeto como por su fin,
aunque no lo sea siempre en grado máximo.
La ética estudia
una realidad operable considerada formalmente en cuanto operable, es decir,
estudia la acción en cuanto ha de ser dirigida por la razón desde el punto de
vista del bien absoluto.
La ética se
configura por tanto como un saber intrínsecamente
finalizado a la dirección racional de la acción y constituye un pinto de
referencia obligado para toda decisión que aspire a ser algo más que simple
arbitrio: la dirección racional del obrar presupone un saber que admite una
organización y una fundamentacion crítica.
Esta organización y
fundamentacion critica es posible también cunado se trata de un saber acerca de
las realidades variables y contingentes como son las accione humanas.
Es posible un
conocimiento científico de las acciones morales, consideradas en su tipologia
universal, que no comprende su conexión con el “ethos” de cada persona
singular. En cuanto actos humanos la acción y el juicio moral son intrínsecamente
racionales, aunque la presencia de elementos afectivos hace que no lo sean
exclusivamente.
Se desprende de
ello la posibilidad de una ciencia moral propiamente dicha, como formulación crítica
y sistemática, a nivel universal, elaborada sobre la base de la experiencia
moral.
El grado de
practicidad de la ciencia ética no es siempre el mismo. Cuando se trate de
acciones que en virtud de su significado constitutivo, poseen en si mismas una
connotación negativa, es decir, cuando se trate de acciones intrínsecamente
malas, la ciencia moral no necesita otro complemento que la comprobación
experimental de que la acción en examen pertenece verdaderamente a ese tipo
moral. La ciencia moral se basta a si misma para enseñar a los hombres lo que
nunca deben hacer.
Algo distinta es la
situación en el caso de los deberes positivos; la ética puede enseñar lo que se
debe hacer, pero es difícil que una formulación concreta y positiva de esas
exigencias posea universalmente una obligatoriedad absoluta e inaplazable,
prescindiendo de las circunstancias concretas. En relación con las exigencias
positivas es particularmente necesario el complemento de la prudencia.
Si la ética es un
saber verdaderamente practico, no lo es en grado sumo y necesita del
complemento de la prudencia, de la que se distingue y con la que mantiene
estrechas relaciones. Corresponde a la prudencia, habito intelectual y moral a
la vez, salvar la distancia entre el principio universal y la acción moral concreta.
La ética y la
prudencia se distinguen como lo universal y lo particular. La prudencia es un
juicio directivo del acto singular.
Una concepción
inadecuada de las relaciones entre la prudencia y la ética es la de ciertas
corrientes de pensamiento que no dejan lugar para el conocimiento moral
universal, “situacionismo ético”. El saber moral se daría exclusivamente en la acción.
En el obrar se obtendría cada vez la justa síntesis entre la exigencia moral
universal y la singularidad de la situación, sintesis cuyo valor quedaría
rigurosamente circunscrito a la situación concreta en que ha surgido.
El situacionismo
ético podría ser considerado como un “intuicionismo del deber”, según el cual
la persona intuye cada vez lo que ha de hacer en su situación. Las
verdades y las normas morales serian la
generalización de lo intuido en las diversas situaciones concretas y no el
reconocimiento de una verdad universal encarnada en lo particular. Se reconoce
a la ciencia moral un cierto valor orientativo pero a la hora de la decisión debería
ceder el paso a la intuición, vehiculo originario del conocimiento moral. La
verdad ética es singular y solo como tal valdría absolutamente.
La experiencia enseña
que muchas veces la valoración ética del problema con que nos enfrentamos surge
espontánea e instantáneamente, pero no dignifica que la verdad ética sea en si
intuitiva. De las verdades intuitivas no se puede dar razón. Del juicio oral
siempre se puede y se debe dar razón sino seria un juicio sin fundamento, lo que equivale a
decir éticamente ilegitimo o arbitrario.
Los juicios morales
concretos parecen con frecuencia intuiciones, pero estructural y esencialmente
son juicios de conclusión, juicios que poseen un fundamento racional aunque el
sujeto pueda no ser totalmente consciente de ello. Ese fundamento esta
constituido por principios o conocimientos universales cuya formulación científica
corresponde a la ética.
En la formación del
juicio o imperio prudencial concurren junto con el saber, elementos de
naturaleza afectiva (hábitos morales, afectos, pasiones). Si la ciencia moral
representa la rectitud y el desarrollo critico
de la razón, la prudencia presupone y representa también la rectitud de
la voluntad y de los sentimientos.
El paso desde el
nivel ético (universal) hasta el nivel prudencial (singular) no se produce
automáticamente, ni puede ser concebido como una operación puramente lógico-deductiva.
La importancia del elemento afectivo no reside solo en que para aplicar el
saber es necesario querer hacerlo. Es necesario ver claro en la situación singular
lo que resultaba claro en la consideración universal y para ello se precisan un
conjunto de condiciones que San Agustín llamaba “ordo amoris”. Aristóteles
alude algo similar cuando explica el nombre de la templanza como la salvaguarda
de la prudencia.
Sin templanza no
hay prudencia, porque en esta ultima es por excelencia el lugar donde se
entrecruzan el “ethos” y el “logos”, el modo de ser moral y el saber racional.
RELACION DE LA ETICA CON OTRAS CIENCIAS
Ética y Biología
Si bien el hombre
se determina por su estructura biológica, su conducta no es meramente
instintiva, natural. El hombre a diferencia de los animales, tiene la capacidad
de pensar y reflexionar antes de actuar, de modificar su conducta y adecuarla a
las nuevas circunstancias, de crear nuevas normas morales y romper con otras.
Reducir la moral a
un puro comportamiento animal es absurdo. El acto moral presupone la conciencia
del mismo acto moral y sus repercusiones, así como la libertad de acción o
libre albedrío, libertad de la que carecen los animales no racionales.
La ética no puede
hacer caso omiso de las investigaciones biológicas. La ética se retroalimenta
con los resultados de esta ciencia, estrechando su relación. La ética no puede
abstraerse de las investigaciones biológicas, porque el trabajo de la biología
tiene repercusiones morales.
El avance en el
campo de la ingeniería genética es vertiginoso: fecundación in Vitro, bancos de
esperma, descriframiento del genoma humano, manipulación genética, clonación,
han provocado cambios sociales, de comportamiento, de actitud. Estos cambios
han originado que el Derecho y la religión intervengan. Ha aparecido una nueva
ciencia: la bioética
El avance de la biología contemporánea está obligando a establecer
pautas normativas que determinen hasta dónde resulta legítimo aplicar los
desarrollos alcanzados a los seres humanos.
La ética en la biología es muy importante ya que esta permite a la gente relacionada con el campo mantener un respeto constante a la vida. Es de vital importancia que la gente con capacidad de alterar de alguna u otra manera cualquier tipo de organismo vivo, plantas, animales, etc., tengan conciencia de sus actos y no perjudiquen a la vida en investigaciones o estudios de ninguna manera.
La revolución
biológica dinamiza todas las esferas del conocimiento. Biología y ética, ética
y biología forman un binomio inseparable, ambas se retroalimentan, son
autónomas pero guían su acción con los resultados de la otra.
Ética y Psicología
Aunque el
comportamiento moral corresponda a la necesidad social de regular las
relaciones de los individuos en cierta dirección, la actividad moral es siempre
vivida íntimamente por el individuo, en un proceso subjetivo a cuyo
esclarecimiento contribuye la psicología.
La psicología viene
en la ayuda de la ética al poner de relieve las leyes que rigen las
motivaciones internas de la conducta del individuo, la estructura de su
carácter y de su personalidad. Asimismo, ayuda al examinar los actos voluntarios,
la formación de hábitos, la génesis de la conciencia moral y de los juicios
morales.
La Ética no solo se
retroalimenta de las investigaciones psicológicas, sino también de su quehacer
científico que genera cambios sociales, de comportamiento, de actitud y nuevos
actos morales.
Así como la Ética
se apoya en la Psicología
así esta se orienta por aquella. Cuando en el campo psicológico se sobrestima
el aspecto subjetivo de la conducta humana, esto es el papel de los factores
psíquicos y se relegan al olvido el aspecto objetivo y social del
comportamiento humano, hasta el punto de hacer del primero la clave en la
explicación de la conducta moral, se cae en el psicologismo ético. Es decir, en la tendencia a reducir la moral a
lo psíquico y a considerar la Ética como un simple capítulo de la Psicología.
La relación entre
Ética y Psicología es tan estrecha que ambas se retroalimentan en sus
investigaciones.
Ética y Sociología
Los individuos
nacen en una sociedad dada en la que rige una moral efectiva que no es la
invención de cada individuo en particular y que cada uno encuentra como un hecho
objetivo, social. Esa moral responde a necesidades y exigencias de la vida
social. En virtud de esta relación entre moral y sociedad, la ética no puede
prescindir del conocimiento objetivo de las estructuras sociales y
especialmente de la sociología como ciencia de la sociedad.
Por más importante
que sea el conocimiento de los factores sociales del comportamiento moral, este
no se reduce a una mera expresión de ellos. Aunque los actos morales
individuales se hallen condicionados socialmente, no se reducen a su forma
social, colectiva e impersonal. Para que pueda hablarse de comportamiento moral
de un individuo es preciso que los factores sociales que influyen en él y lo
condicionan, sean vividos personalmente, pasen por su consciencia ya que solo
así podemos hacerle responsable de su decisión y de su acción. El estudio de la
conducta moral y los factores sociales determinantes llevan a la ética y a la
sociología a relacionarse.
Ética y Economía
Marx y Engels
planteaban en La ideología alemana: el
hombre se diferencia de los animales a partir del momento en que comienza a
producir sus medios de vida. El ser humano, antes de hacer religión, arte o
alguna otra cosa tiene que preocuparse por su alimentación, vestido, vivienda y
otros bienes materiales. Cualquier sociedad está condenada a desaparecer si no
produce sus bienes materiales. Esto quiere decir que la producción de los
bienes materiales es la base de la vida y del desarrollo de cualquier sociedad.
Para que los
individuos puedan producir requieren de los objetos del trabajo (aquellos sobre
los que recaerá su actividad productiva). Estos se encuentran en la naturaleza.
Posteriormente, para adaptar estos objetos para sus necesidades requieren de
instrumentos de trabajo que en la terminología marxista se denominan “medios de
producción”.
Una vez que cuentan
con los medios de producción y con los objetos del trabajo, los individuos se
vinculan entre sí para producir, es decir establecen relaciones de producción.
Estas relaciones dependerán de la posición que estos sujetos guarden dentro del
proceso de producción. En este sentido, la historia del desarrollo de la
sociedad humana conoce cinco tipos de relaciones de producción fundamentales:
comunismo primitivo, esclavismo, feudalismo, capitalismo, socialismo. Es en las
relaciones de producción donde la economía y la ética se relacionan. Los
individuos al entrar en contacto en el proceso productivo se relacionan
socialmente de acuerdo a las formas de propiedad de los medios de producción,
la posición que guarda cada individuo en el proceso y las formas de
redistribución de los bienes materiales distribuidos. Estas características
establecen el rol social de cada individuo y también su mentalidad.
Los actos
económicos no son neutros, tienen una connotación y repercusión moral. El
monopolio de la riqueza por unos pocos a expensas del trabajo y pobreza de
muchos, el salario mínimo, los accidentes de trabajo por falta de seguridad
mínima, las altas tasas de mortalidad de los obreros, la existencia de millones
de seres humanos en la pobreza más indignante mientras otros dilapidan su
riqueza, no pueden dejar de tener una repercusión moral y, por lo tanto, no
puede ser ignorado por la ética. Esta no puede ni debe dejar de lado los
problemas morales que la vida económica genera y plantea a cada momento.
Economía y ética se relacionan, no son ciencias aisladas.
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