martes, 29 de julio de 2014

LA CLONACIÓN Y LAS CÉLULAS MADRE

DEFINICION
Es la producción artificial y asexuada de células o individuos genéticamente casi idénticos a otros ya existentes.
TIPOS
Según el fin que se propone hay dos tipos:
a)      Clonación reproductiva: su objetivo es conseguir el
nacimiento de un nuevo individuo vivo idéntico al clonado.
b)      Clonación terapéutica: su objetivo es producir un embrión del que se prevé la interrupción de la vida en los primeros estadios de desarrollo para obtener una serie de células y tejidos, que podrían trasplantarse en el enfermo sustituyendo las enfermas.
Ambos tipos deben diferenciarse de la clonación celular que es la subdivisión celular en laboratorio con objeto de conseguir un conjunto de células del mismo tipo para fines de investigación.
METODO
Hay diferentes métodos. El más conocido e importante para el hombre es la transferencia de núcleo. Fue experimentado con éxito en Escocia en 1997, cuando nació la oveja Dolly. Posteriormente se han clonado otros mamíferos.
Fases del experimento con Dolly:
  1. Se extrajo el núcleo de un óvulo no fecundado (célula germinal con la mitad de cromosomas) de una oveja adulta de raza Blackface.
  2. Se reemplazo con el núcleo extraído de una célula somática (cromosomas completos) de otra oveja de raza Finn Dorset.
  3. Oportunamente tratado, el ovulo sin núcleo se fusiono con el nuevo núcleo y se traslado al útero de una tercera oveja de raza Blackface, donde se desarrolló hasta el nacimiento de Dolly. Este núcleo de célula somática adulta puesto en el ovulo se convierte en totipotente, perdiendo las diferenciaciones, y dando origen a un individuo genéticamente casi idéntico al del que ha sido extraído; Dolly es una oveja de raza Finn Dorset con las características de la oveja donante del núcleo.
Es importante observar que en la fecundación humana, el cigoto es el fruto de la fusión de dos células germinales, el espermatozoide masculino (23 cromosomas) y el ovulo femenino (23 cromosomas), y poseerá las características de las dos; en la clonación todos los cromosomas provienen del núcleo de una única célula somática (46 cromosomas en la especie humana), que determina sus características genéticas.
JUICIO ANTROPOLOGICO-ETICO
Clonación reproductiva animal
Es lícita si su finalidad es la investigación científica útil al hombre en el campo de la alimentación, salud u otros. Debe ser regulada para conservar la biodiversidad, para evitar peligros al hombre y para no caer en una explotación científica y comercial incontrolada.
Clonación reproductiva humana
Siempre es gravemente ilícita. Los criterios antropológico-éticos en los que se basa este juicio son tres:
a)      La identidad individual de cada persona:
Tanto desde el punto de vista biológico como filosófico, la identidad completa de una persona es irrepetible. Desde el punto de vista biológico es conocido que la identidad genética, por si sola, no constituye la identidad biológica del individuo; mutaciones eventuales debidas a factores biológicos o ambientales, originan una diversidad biológica; un ejemplo claro es el de los gemelos monocigoticos.
Desde el punto de vista filosófico, es evidente que una supuesta identidad genética no constituye la identidad personal. El desarrollo de la personalidad, el entorno sociocultural y la educación recibida configuran una identidad personal diferente. El caso de los gemelos monocigoticos lo ejemplifica nuevamente. Además la persona es corpore et anima unus, y esta realidad ontológica deriva del hecho de que tiene como constitutivo esencial la racionalidad (el alma espiritual). El espíritu humano es simple, no puede provenir de la materia ni ser generado por los padres o producido por los científicos; no puede clonarse, sino que es un don personal y directo de Dios a cada hombre; esto hace de cada persona humana no solo un individuo de nuestra especie, sino un individuo único e irrepetible.
La clonación es una violación de la identidad de la persona tanto a nivel biológico como psicológico.
A nivel biológico, la identidad personal implica dos cosas: tener un patrimonio genético único y que nadie tenga tal poder sobre el otro como para decidir y programar su genoma. El patrimonio genético no agota toda la identidad personal del hombre, pero es, ciertamente, parte constitutiva de ella, y es lesivo a la dignidad del hombre que alguien pueda tener dominio tal sobre el otro, hasta el punto de decidir su constitución genética. La clonación llevaría a una concepción selectiva del hombre y a la forma más esclavista de manipulación genética.
A nivel psicológico, la identidad personal abarca, además, todo el mundo de las capacidades psíquicas y del desarrollo de la personalidad. Si por una parte, es cierto que el alma no puede ser clonada, por otra, la psicología del “clonado” quedaría profundamente comprometida; el valor de un individuo no dependería de su identidad personal, sino solo d las cualidades que posee como “copia”. Hay que imaginar el sufrimiento profundo del “clonado” que se da cuenta de haber sido querido en cuanto que se asemeja a alguien, y que sobre él se proyectan ilusiones ligadas al “original” del que es “copia”. Sufrimientos ligados también a la conciencia de una identidad que no acepta, y que ha sido impuesta por alguien.

b)     La indisponibilidad absoluta de la persona a ser tratada como medio:
El carácter absoluto de la persona impide que pueda ponerse a disposición de alguien, en el sentido de ser usada como un instrumento. La clonación reproductiva hace esto.

c)      La naturaleza de la sexualidad y de la procreación humana:
En la clonación se daría procreación sin sexualidad; la generación de una persona humana se realizaría completamente mediante una intervención técnica, asexual. Se escinde completamente la sexualidad y la reproducción, llevando a una forma de rechazo explicito de la procreación sexual, que tiene a convertir la dualidad sexual en un residuo sin importancia. La clonación podría dar “vida” a una sociedad solo de mujeres, capaces de reproducirse sin recurrir a los hombres. En la clonación se verificaría una ruptura radical de los vínculos de parentesco: la filiación, la consanguinidad, la paternidad. Una mujer podría ser hermana de su madre, no tener padre o ser hija de su abuelo.

Clonación con fines terapéuticos y células madre

La clonación terapéutica es el intento de producir una serie de células y tejidos para trasplantar en el enfermo y sustituir lo dañado. Puesto que el punto de partida para producir estas células o tejidos son las “células madre”, todo el problema ético depende de donde provienen las células madre.
El mecanismo de clonación a partir de las células madre se explica así: las células madre son totipotentes, pluripotentes, multipotentes y unipotentes. Aptas, por tanto, para ser diferenciadas en un modo u otro con adecuadas técnicas de laboratorio. Pueden convertirse en células nerviosas, ser multiplicadas y, luego trasplantadas en el organismo de un enfermo, de Alzheimer, por ejemplo, donde reemplazaran a las dañadas. De este modo enfermedades hoy incurables podrían pronto ser tratadas con éxito.
El problema ético esta en el origen de las células madre. En la actualidad son dos las posibilidades:

a)      Las células madre adultas se pueden obtener, especialmente pero no exclusivamente, de la medula ósea de un adulto o de la placenta y el cordón umbilical, de los recién nacidos. Recientes descubrimientos muestran que se pueden hallar en casi todo el organismo. El empleo de las células madre adultas, no presenta ningún problema ético, es decir, es licito en cuanto tales células se obtienen sin causar daño a los sujetos interesados.

b)      Las células madre embrionarias se pueden conseguir de un embrión cuando todavía está en el estadio de blastocisto. Su uso con finalidad terapéutica es gravemente ilícito porque comporta la instrumentalización y destrucción del embrión. Para poder obtener las células madre embrionarias, es necesario hacer una ablación de la masa celular interna del blastocisto, que lesiona irreparablemente al embrión humano, interrumpiendo su desarrollo. Este empleo “terapéutico” de las células madre embrionarias se presenta, como el proyecto que quiere detenerse antes de la implantación en el útero o, en todo caso, antes del nacimiento, para producir células y tejidos a partir de embriones humanos clonados, o producidos en gran numero en la fecundación in vitro, o producidos a propósito para este objetivo; es decir, de seres humanos de los que se prevé la interrupción del desarrollo para poderlos utilizar como fuente de precioso material biológico para reparar tejidos u órganos degenerados en un individuo adulto. La pregunta es ¿por qué no usar las células madre adultas? En el embrión las células madre parece que son más abundantes, más versátiles y se reproducen más fácilmente. La obtención comporta sin embargo, la muerte del embrión.

El embrión es un hombre a pleno titulo, con una identidad personal propia desde la concepción y no es lícito programar su nacimiento como un “deposito de piezas de recambio”. Esta visión antropológica del cuerpo humano, pensado como una maquina compuesta de piezas, es la causa inconsciente pero real de una posición así.

El cuerpo humano es una dimensión constitutiva de la dignidad y de la identidad personal, forma parte de la subjetividad, y no es lícito usarlo como medio objetivo. Como individuo humano, el embrión tiene derecho a su propia vida. Cualquier intervención que no sea a su favor viola este derecho.

El valor de la vida humana, fuente de la igualdad entre los hombres, hace ilegitimo un empleo puramente instrumental de la existencia de un clon nuestro, llamado a la vida para ser usado solo como material biológico. La clonación humana con fines terapéuticos a partir de células madre embrionarias que implique la instrumentalización y destrucción del embrión contradiría el valor absoluto d la persona y su total indisponibilidad. Además, frecuentemente, esta finalidad humanística no es tal, y la lógica que gobierna este proyecto está ligada al mercado biotecnológico y a fuertes intereses  económico-industriales basados en la conquista de una primacia tecnológica. Si la tarea de la medicina es curar al enfermo, ¿cómo podrá transformarse en instrumento de muerte sin renegar de sí misma?   

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