martes, 29 de julio de 2014

EUTANASIA: LA MUERTE

GENERALIDADES

La muerte forma parte de nuestro destino y de nuestra vida. Es un suceso que ocurre en forma inexorable, tarde o temprano en la vida de cada hombre. Existe un limite temporal, natural e inevitable de la vida del hombre, que no se conoce cuando llegara.
Para unos es un mal supremo e incomprensible; para otros, es el pasaje a la vida eterna, pues se cree en la inmortalidad del alma.

En ocasiones es posible prolongar este limite temporal gracias a la aplicación de nuevas técnicas de reanimación. Esta realidad plantea nuevas interrogantes éticas, como la de determinar hasta cuando es posible prolongar artificialmente la vida.

CONCEPTO DE MUERTE HUMANA


Generalidades


El diagnostico de muerte tiene relevancia no solo desde el punto de vista afectivo o espiritual para el que fallece y sus familiares, sino que, ante la posibilidad de donar órganos, el juicio del medico adquiere una nueva perspectiva. Empieza a ser cada vez más importante conocer con anticipación el diagnostico de la muerte, pues de ello puede depender el estado del órgano a donar.

Para entender el tema de la muerte humana, es necesario diferenciar en el ser humano un triple nivel de vida: a) celular (funciones que desarrollan las células); b) orgánico (funciones que realizan los órganos); c) corporal (conjunto de funciones orgánicas coordinadas que configuran la vida individual). Debemos tener claro que la vida celular puede darse sin que exista vida individual. Acorde a esta realidad, existe la muerte (perdida de vida) celular, muerte orgánica y muerte del ser humano como un todo.

Concepto de la muerte humana


La persona es una unidad totalizada de cuerpo y espíritu. La muerte abarca estas dos dimensiones y no solo la biológica o corporal. La muerte de la persona es mas que la muerte cerebral, pero esta es indicación cierta de la muerte de la persona.

La persona es cuerpo y alma, y lo que esta muerte cerebral indica es que en el cuerpo no hay ya vida biológica, pero no puede deducirse que se haya concluido la vida espiritual.

Toda persona, por esencia y naturaleza, es un ser mortal, pues desarrolla un ciclo vital con principio y final, nace, crece y muere. El organismo humano es perecedero y sigue un proceso de desgaste. La muerte se define como la perdida total e irreversible de la unidad funcional del organismo. Se reconoce que la muerte del organismo humano como un todo no coincide con la muerte biológica de todo el organismo (con la muerte no se desactivan todas las células, sino que estas mueren luego progresivamente).

A la muerte propiamente tal se llega cuando deja de funcionar el encéfalo, pues ello determina la perdida de la unidad funcional. El cerebro es el que coordina y complementa el funcionamiento de os órganos entre si. Si las funciones del encéfalo no operan en forma total y si el cese de funciones es irreversible, el sujeto esta clínicamente muerto.

En definitiva, la muerte implica que el organismo ha sucumbido como unidad funcional y no que todo el organismo y sus células estén muertos en sentido estrictamente biológico. Una persona esta muerta cuando ha sufrido una perdida total e irreversible de la capacidad para integrar y coordinar todas las funciones del cuerpo – físicas, mentales – en una unidad funcional.

Derecho a la muerte


Es importante proteger el momento de la muerte natural, lo que supone respetar la dignidad de la persona. La muerte digna debe ser protegida de tecnicismos abusivos, que por distintas razones mantiene artificialmente vivo al moribundo. Cuando se alude al “derecho a la muerte”, no implica que exista un derecho a procurarse o hacerse causar la muerte, solo hace referencia al derecho de morir naturalmente, a ser aliviado del dolor, a “partir” de este mundo con serenidad y paz espiritual.

La muerte es un hecho inevitable que se debe afrontar personalmente. Es una realidad que debe asumirse con conciencia y responsabilidad. Morir con dignidad supone asumir con serenidad este momento en el que la vida termina por un proceso natural, en el que lo único que se puede y debe hacer es disminuir o eliminar el dolor.

Muerte cerebral


a)      Presentación del tema

Muerte es la supresión de toda manifestación de vida del organismo en su conjunto. La extinción de determinada parte del cuerpo se llama necrosis.

La muerte es un proceso gradual que comienza con el fallo funcional de determinado órgano vital. Los criterios para determinar la muerte clínica de la persona fueron la constatación del cese de la función respiratoria, de la función circulatoria, de la función nerviosa. A ello se juntaban otros síntomas, como el del enfriamiento del cadáver, la rigidez cadavérica, manchas verdes cutáneas.

La muerte en esencia, es la pérdida de la vida, pero no es sencillo determinar cuando se detiene en realidad, la vida del sujeto, pues ello no siempre ocurre en forma fulminante. Es el médico el que tiene la importante misión de determinar y certificar el momento de la muerte de su paciente.

b)     Tipos de muerte cerebral

Criterios básicos para la certificación de la muerte del encéfalo:

-         anatómico: devastación traumática del cuerpo
-         cardiovascular: paro cardiaco prolongado
-         neurológico: se refiere a la muerte cerebral


Conceptos de lo que es muerte:

-         muerte clínica: el organismo deja de funcionar
-         muerte biológica: dejan de funcionar todas las células en forma gradual
-         muerte ontológica: se produce la separación del principio vital espiritual.

La que se va a tratar es la muerte clínica y como se constata. Según los criterios médicos se puede constatar en tres instancias:

1.      La denominada muerte cerebral
2.      La muerte del tronco encefálico
3.      La muerte encefálica propiamente dicha

La muerte cerebral supone la perdida de la conciencia y de las funciones cognoscitivas, quedando la persona en un estado denominado “vegetativo”. Cesa en forma total e irreversible el funcionamiento encefálico. Producida la muerte irreversible del cerebro, el hombre es considerado clínicamente muerto. Parece necesario definir criterios para comprobar la perdida irreversible de la funcionalidad del cerebro. En la muerte encefálica no hay respuesta a los estímulos, no hay respiración espontánea, no hay reflejos, no hay movimientos oculares; se pierde definitivamente la capacidad de integración corporal del individuo. En el Código de Ética Medica, art. 43 se establece: “En caso de muerte encefálica el medico no tiene obligación ética de emplear técnicas, fármacos o aparatos cuyo uso solo sirva para prolongar este estado”.

En la actualidad, y hasta donde van los adelantos tecnológicos, se entiende en forma concreta que se llega a la muerte cuando deja de funcionar el cerebro en forma irreversible y definitiva.

Puede ocurrir que el paciente se encuentre en lo que se denomina “vida vegetativa”, o sea, situación en que funciona el cerebro pero han dejado de funcionar los demás órganos u operan artificialmente. En esta instancia nadie esta facultado para determinar la muerte cerebral, pues sigue estando viva la persona. La vida vegetativa es la manifestación de que el alma esta aún ligada al cuerpo, a pesar de que no puede ejercer sus potencialidades superiores de inteligencia y voluntad.

Al enfermo en estas condiciones se le debe reconocer y respetar el derecho a la vida, pues en el las manifestaciones de vida están desconectadas pero presentes.

Si bien es cierto que la destrucción total de la función cerebral significa que el proceso de la muerte ha comenzado, y es irreversible, lo cierto es que la persona solo se puede declarar muerta cuando han cesado todas las funciones cerebrales, cardiacas y pulmonares, o sea, cuando termina el proceso.

La agonía

Autores como MASLLORENS, nos destacan que la ética medica aporta tres principios en relación a la muerte: primero, la muerte personal; segundo, la muerte natural, y tercero, el bien morir.

La muerte personal, refiere a la persona en su totalidad como un ser inteligente y libre, espiritual y corporal. No solamente es el fin de un impulso vital, sino que supone la conclusión de una existencia espiritual. Existen ultimas voluntades y compromisos, y una realidad familiar importante a considerar.

La muerte natural, es la que llega en forma natural; no puede ser preparada mediante la participación activa del medico o de la enfermera, sea por administrar agentes letales, o por suprimir medicamentos, alimentos o los cuidados necesarios del tratamiento requerido por el paciente. La muerte personal debe ser necesariamente natural.

El medico y el personal paramédico tienen el deber de ayudar a bien morir, o morir con dignidad, asistiendo al enfermo en el momento de su agonía, y también a los familiares, con honestidad y compasión. El medico debe tratar a todo el entorno – paciente y familia – con un alto grado de humanidad y comprensión.

Despersonalización del proceso de la muerte

Es uno de los grandes problemas de nuestra sociedad moderna. La muerte natural, dentro del ambiente familiar, está siendo reemplazada por una muerte artificial dentro del ambiente hospitalario. La vida termina en la soledad de los hospitales en medio de una lucha científica y técnica contra la muerte, quedando relegada la dignidad del enfermo a un plano secundario.

El proceso que se debe seguir con la muerte debe tender a la personalización y a la atención directa del que esta en situación de morir. El paciente moribundo ha de morir con dignidad, respeto y humanidad. Ha de morir con el menor dolor posible, pero ha de tener la oportunidad de recordar el amor y los beneficios de una vida compartida, y de pasar los últimos momentos con su familia y sus amigos. Ha de poder aclarar sus relaciones, expresar sus deseos, compartir sus sentimientos.

En la antigüedad el escenario de la muerte era diferente al de la actualidad, la muerte era el momento más importante en la vida del hombre, ya que se daba el paso a la vida eterna. Hoy las cosas han cambiado profundamente. La muerte hoy vive un proceso de despersonalización donde es censurada y desvalorizada; se le esconde hasta al propio interesado, quien termina enfrentando la muerte en un clima de soledad y abandono.

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