(La clandestinidad)
No se puede dejar de reconocer la existencia de este hecho
social, pues su número e importancia tiende a aumentar. Importa destacar las
significaciones sociales, culturales y políticas que conlleva. La discusión
sociopolítica de su liberalización o no, esta sustentada en un gran numero de
argumentos de corte sociológico:
a)
El progreso técnico que elimina los riesgos de las
intervenciones abortivas
b)
La creciente permisividad que origina una elevada
aceptación social del aborto
c)
Las deficiencias y fallos en el control de la natalidad
d)
El crecimiento demográfico, junto con los intereses
políticos y económicos de determinados grupos y países, que sienten la
tentación de manipular a otros mediante la inducción a la practica del aborto
e)
El horror ante un embarazo defectuoso, detectado
mediante amniocentesis.
f)
La extensión del abanico de motivaciones personales
g)
La emancipación de la mujer
h)
La difusión acrítica de determinadas corrientes
filosóficas que plantean el problemas de la existencia o no de vida propiamente
humana durante algunas etapas del embarazo
i)
Situaciones de injusticia social en educación, cultura,
vivienda, trabajo, economía.
Ninguno de los dilemas sociales
que se suscitan en el entorno de la situación de la mujer que se inclina a
abortar serán causa para justificar un aborto, pues nadie, por ninguna razón
esta legitimado para disponer de la vida de otra persona. La vida es un valor
inherente, indisponible e inviolable de todo ser humano desde su concepción.
PELIGRO DEL ACOSTUMBRAMIENTO
Su generalización en nuestra
sociedad y la difusión de corrientes de pensamiento que tratan de justificar
este homicidio en consideración de factores sociales o económicos, ha llevado a
que convivamos con la realidad del aborto y con el grave peligro de
acostumbrarnos a admitirlo.
La realidad social del aborto
puede ser manipulada por ciertos medios de comunicación que en lugar de
preocuparse por la perdida de vidas humanas en estado embrionario, se hacen eco
de movimientos feministas pretendiendo tutelar a la mujer.
No hay que perder la
sensibilidad, es necesario tomar conciencia de que en cada aborto se siega una
vida humana inocente. No se puede permitir que gane la idea que el aborto es un
tratamiento contra la “enfermedad” del embarazo no deseado.
¿SOCIEDAD ABORTISTA?
La estrecha relación entre el
ejercicio sexual y la procreación se encuentra quebrada en el mundo
contemporáneo. La revolución sexual ha significado el paso de una sociedad
puritana a una liberal, donde tener relaciones sexuales no implica
necesariamente abrirse a la posibilidad de tener hijos. Esa liberación gradual
ha llevado en los últimos años a una apertura en relación a la legalización del
aborto. La posible despenalización del aborto tiene graves implicancias para el
bienestar futuro de nuestra sociedad. Entre otros problemas, podríamos comenzar
a distanciarnos de los principios fundamentales, como el respeto del derecho a
la vida. De darse esta despenalización, el Estado abandonaría o transgrediría
una de sus funciones principales, que es la de respetar el valor y la igualdad
de toda vida humana. En muchos casos la mentalidad abortista y el desprecio por
la vida humana comienzan por una mentalidad sexual antiprocreativa, en la que
se vive el desafío de llegar al máximo placer con la mayor seguridad de que no
se procreará. Este desprecio por la función procreativa de la sexualidad lleva
a que vaya madurando progresivamente un desprecio por el procreado y por la
vida.
LOS DILEMAS SOCIALES NO SE SUPERAN LEGALIZANDO EL
ABOPRTO: “MUERTES POR ABORTOS LEGALES”
Existe la iniciativa de un grupo
de ginecólogos que asesoran a mujeres que pretenden abortar en temas sanitarios
y de salud, según dicen con el objetivo de disminuir las muertes causadas por
abortos clandestinos. Lo increíble es que en lugar de adoptar medidas para no
llegar al aborto, y atentar contra la vida del hijo, se les asesora para cuidar
su propia vida sin tener en cuenta la vida del hijo, a quien no consideran un
ser humano desde la concepción. Este tipo de asesoramiento puede llevar a la
instigación para delinquir o bien a la complicidad en el delito de aborto
respecto de los médicos o técnicos que se presten para estas actitudes.
Sin lugar a dudas que desde el punto de
vista social la situación de la mujer que decide abortar clandestinamente es
riesgosa y difícil pero la solución al problema no se puede dar ayudando a que
se le quite la vida al hijo.
Legalizar el aborto nunca es la
solución. La experiencia indica que la clandestinidad se sigue buscando para
esconder la vergüenza del homicidio o lograr mayor privacidad. En EEUU donde se
legalizo el aborto, las clínicas clandestinas siguen operando igual o mas que
antes. La legalidad no elimina la vergüenza y el deseo de que se desconozca el
homicidio que se va a cometer, razón por la cual la clandestinidad no se
elimina.
Como problema social grave
podríamos encararlo solo desde el punto de vista de la madre que sufre, pero ¿quién
se ocupa de la vida del que esta en el seno materno? ¿acaso esta persona no
tiene derechos? ¿acaso no sufrirá cuando sea destrozada en el aborto? ¿acaso
porque no puede trasmitir su dolor, porque no se queja, podemos despreocuparnos
d ella o hacer de cuenta que no existe?.
No es que se desconozca la difícil situación social de la
madre, sino que el problema es del binomio madre-hijo, porque si existen dos
vidas, la única opción es respetarlas a ambas.
ABORTO POR COACCION
Es frecuente que la mujer
enfrente el embarazo no deseado como consecuencia de la coacción de la pareja,
de los padres o de autoridades laborales.
El novio puede decirle que si no
aborta romperá la relación; el padre que la castigara; o el medio social podrá
discriminarla.
El egoísmo, la falta de
solidaridad y comprensión, lleva a que en ocasiones interfieran o presionen
“terceros” de forma que la mujer finalmente actúa por temores o amenazas a la
hora de decidir sobre el futuro de su hijo.
ABUSO Y ABANDONO DE NIÑOS
Las investigaciones marcan que la
mujer que aborto asume conductas agresivas, sentimientos de depresión, de odio,
que descarga en el marido o los hijos.
DIVORCIO Y DESTRUCCIÓN DE LA RELACION FAMILIAR
En la mayor parte de las parejas
el aborto genera graves problemas de relación, que pueden
Concluir en el divorcio o en la
separación. El aborto determina reproches internos, recriminaciones,
desconfianza, disfunción sexual.
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