lunes, 28 de julio de 2014

CASOS CLÍNICOS PARA ANALISIS ETICO

Luis es un hombre de 82 años de edad, viudo, que es traído a la consulta por uno de sus hijos, en cuya casa vive, debido a que presentó un desmayo 24 horas atrás.
El interrogatorio demuestra cansancio fácil desde hace 6 meses, deposiciones de color oscuro en forma ocasional, plenitud postprandial moderada, baja de peso no cuantificable. Al momento del examen físico esta consiente, lúcido, orientado, responde adecuadamente a las preguntas, su índice de masa corporal es de 22, sus signos vitales son normales así como su examen neurológico, se encuentran conjuntivas pálidas y dolor en área epigástrica .
Es sometido a exámenes de laboratorio, en los que se evidencia anemia intensa y sangre oculta positiva en las heces. Se le solicita una endoscopia digestiva alta la que demuestra una masa tumoral en el antro gástrico sin signos macroscópicos de sangrado activo. Se toma una biopsia la misma que reporta adenocarcinoma gástrico. Se efectúa una eco endoscopía que demuestra infiltración del tumor hasta la unión de la muscular con la serosa, sin ganglios patológicos aparentes.
El médico tratante habla con los hijos de Luis, les indica los resultados de la biopsia y les dice que el enfermo debe ser operado a la brevedad posible, pues un nuevo sangrado sería fatal para el paciente. Los hijos piden que no se le informe del diagnóstico al paciente porque dicen que si él sabe que tiene cáncer no lo soportaría, y le comentan al médico que hace muchos años le había dicho a su fallecida esposa que, si alguna vez le diagnosticaban una enfermedad incurable, él se mataría. Están de acuerdo con la operación, pero piden al médico que le diga a Luis que solo tiene una úlcera.
El médico se encuentra indeciso ante esta petición, pero finalmente acepta y solicita que sean entonces los hijos los que firmen el consentimiento informado para la operación, cosa que ellos hacen. Luis nunca preguntó al médico sobre su condición y cuando se le informó que tenía que operarse a la brevedad posible asintió calladamente sin averiguar más.
Cuál sería su opinión ética ante este caso?

EUTANASIA O TRATAMIENTO PALIATIVO. ACERCA DE DOS CASOS RECIENTES EN HOLANDA

Dos recientes casos clínicos acaecidos en Holanda pueden ayudar a distinguir entre la eutanasia y cuidados paliativos, una barrera que no siempre es fácil de establecer. En el primero de ello, la Corte Suprema de Holanda ha rechazado la apelación de un médico generalista de Ámsterdam, el Dr. Wilfred Van Oijen, que había sido acusado de asesinato. El doctor Van Oijen tenía una paciente de 80 años de edad, que estaba en coma y cuyo fallecimiento se esperaba dentro de las 48 horas siguientes. Sin ninguna otra consulta previa, el doctor inyectó a su paciente 50 mg de alcuronium y la paciente falleció en poco tiempo. El doctor Van Oijen defendió ante el tribunal que lo que él hizo fue verdadero cuidado paliativo, ya que ello contribuyó a ayudar a su paciente a morir. Sin embargo, la Corte Suprema rechazó su argumentación, ya que la paciente estaba en coma, no sufría y además no se contaba con su autorización para practicarle la eutanasia, por lo que consideró que el tratamiento médico constituyó un homicidio. El médico  fue suspendido en sus funciones por dos años y condenado a una semana de prisión.

En el otro caso, un joven médico residente fue absuelto sin cargos, después de haber aumentado la dosis de morfina administrada a un paciente moribundo, con graves dificultades respiratorias. Dado que el estado clínico del paciente estaba empeorando, el médico le administró la morfina y al poco tiempo el paciente falleció. El doctor fue arrestado. Sin embargo, la Corte Suprema ha estimado que el fármaco utilizado pudo acortar la vida del paciente, pero que en  ningún caso el doctor deseaba ésto, sino aliviarle los sufrimientos físicos, aumentando la dosis del analgésico (BMJ, 20-XI-2004).

El caso clínico de un bebé nacido con síndrome de Down que sufre una obstrucción intestinal por una alteración congénita y la negativa de los padres para realizar la intervención quirúrgica en virtud de su condición mental y no por la naturaleza de la afección digestiva es tomado como un ejemplo de presunta eutanasia pasiva y a este respecto luego de transcribir la descripción dramática del sufrimiento del niño que no es operado, tomado de una descripción periodística del New York Times Magazine, el autor expresa “la doctrina afirma que puede permitirse que la deshidratación y la infección consuman a un ser pequeño, pero que no pueda administrársele una inyección que pondría fin a su vida sin sufrimiento parece obviamente tan cruel que no requiere ninguna otra refutación

Otro caso clínico se refiere a que la “aplicación de una inyección letal de morfina a un paciente con cáncer de último grado revela la aceptable preocupación de evitarle al moribundo una lenta y dolorosa agonía. Suspender el tratamiento curativo y dejarlo morir, en un proceso que puede durar días, significa contemplar su lenta y dolorosa agonía. No cuesta encontrar fundamento moral para la primera actitud, pero sí la para segunda”. Constituye un error muy importante hablar de la suspensión de un tratamiento curativo (el paciente tiene un cáncer incurable) y la introducción de la expresión “dejarlo morir... y contemplar su lenta y dolorosa agonía”, como alternativa a una inyección letal de morfina, resulta muy efectista pero no cierta, porque efectúa equivocadamente una comparación entre dos actitudes opcionales (una u otra) e ignora la existencia de toda la medicina paliativa.

¿Cuál sería su opinión ética ante estos casos?

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