martes, 29 de julio de 2014

POLÉMICA SOBRE AL EUTANASIA

ARGUMENTOS A FAVOR


a)      Debe reconocerse el derecho del individuo a disponer de su vida.
b)      Los avances de la medicina, las formas de vida social, el incremento de la longevidad de las personas, han hecho que la muerte haya perdido su anterior naturalidad.
c)      La actividad sanitaria debe ejercerse en beneficio del enfermo, no sólo para devolverle la salud, sino posibilitándole una muerte piadosa.
d)     Adoptar una posición ante un  numero de ancianos que viven solos física y afectivamente.
e)      Existe el derecho a una calidad mínima de vida.


Sea por compasión o sea por respetar el supuesto derecho a actuar libremente, se trata de justificar la eutanasia.

Cuando se analizan todos los argumentos a favor queda claro que responden a una filosofía de vida utilitarista, donde lo que se valora está en función de un resultado satisfactorio con atención a los beneficios que se logran.

Lo que se busca en definitiva, es el bien y el placer, pues ello se identifica con la felicidad que se debe alcanzar. Están quienes insisten en que permitir el dolor en el proceso de agonía, cuando se acerca el fin de la vida, puede significar una acto de deshumanización. En consecuencia no debe ser tolerado. El ser humano tiene el derecho a morir con dignidad – dicen – y a no sufrir innecesariamente. Desde esta óptica, hacer morir al paciente se considera un acto de misericordia, tanto de parte del médico como del pariente que pueda intervenir en estas circunstancias.

ARGUMENTOS EN CONTRA

a)      El enfermo no tiene derecho a disponer de su vida, ni a acortarla porque exista dolor. La vida no es un derecho del que alguien pueda disponer, ni el propio titular, ni los familiares, ni el médico, ni el Estado. Si alguna ley admitiera la eutanasia, estaría trasgrediendo un principio fundamental, como es el derecho a la vida. Se invoca en este tema la existencia del “derecho a morir”. Si lo que quiere decir es que se puede disponer de la vida, aquí es donde se comete el error, pues la vida en sí es un valor indisponible e irrenunciable.
b)      Admitir la eutanasia supone aceptar que una persona puede disponer de una vida ajena para atenuar una situación de dolor, lo que es grave.
c)      Flexibilizar la tolerancia de la eutanasia no se sabe a dónde puede llevarnos desde el punto de vista social, pues podría sostenerse que en las sociedades envejecidas las personas de edad han perdido su lugar en la comunidad.
d)     La situación del médico se vería particularmente comprometida, pues tendría la responsabilidad de determinar cuándo poner fin a una vida, lo que es inadmisible para la profesión, que está al servicio de la vida y no de la muerte. La medicina debe luchar contra el sufrimiento por causa de la persona, y no debe ir contra la persona por causa del sufrimiento.
e)      Existen otras alternativas para superar el tema de la eutanasia, que pasan, precisamente, por aplicaciones médicas tendientes a aliviar el dolor, lo que se denomina medicina paliativa. Una muerte digna encuentra respuesta, no en la legalización de la eutanasia, sino en el desarrollo de métodos paliativos, tratando de eliminar el sufrimiento y no al ser humano que sufre, compartiendo sus temores e incertidumbres, solidarizándose con sus familiares.
f)       Debe pensarse en los abusos a que se presta la situación cuando es la ley la que autoriza la eutanasia.
g)      Los partidarios de la eutanasia parten de una verdadera mentira, explotando el miedo normal que toda persona tiene, no tanto a la muerte en sí, sino al sufrimiento y a la soledad ante ella, afirmando que la eutanasia se justifica, para evitar el dolor y el sufrimiento, cuando se sabe que éste es perfectamente evitable en el 99% de los casos por los medios clínicos tradicionales y por la aplicación de la medicina paliativa.
h)      Partir de la base de que en todos los casos los médicos aplicarán medios desproporcionados. No es obligación mantener a un enfermo sufriendo gravemente e indefinidamente a acusa del uso de medios desproporcionados. Esta es una premisa falsa que utilizan los promotores de la eutanasia para justificarla.
i)        No existe ni el derecho ni la libertad para quitarse la vida, ni para pedir a otro que me la quite, ni tampoco para quitársela a otro aunque no nos sea solicitado.

La mentalidad en pro de la eutanasia y del suicidio asistido lleva en sí el germen d e la destrucción social y de lo que significa ser persona. Debe ser denunciada y refutada por todos los medios legítimos.

Una sociedad que legitima la eutanasia no esta propiciando muertes dignas, sino la multiplicación incalculable de patéticas cobardías ante la muerte. Una sociedad que legitima la eutanasia esta proclamando su ineptitud para ofrecer autentica solidaridad, afecto y cariño a sus enfermos terminales.

La primera razón para no aceptar la eutanasia radica en que es obligación del medico respetar la vida del paciente terminal. La vocación del medico consiste en cuidar la salud física y mental del hombre, aliviar su dolor y respetar su vida.

Otros argumentos en contra:
a)      La extensión de la practica de la eutanasia traería consigo una desvalorización de la vida.
b)      En la eutanasia pueden interferir determinados intereses económicos
c)      La eutanasia una vez generalizada, podría incluso incurrir en verdaderos homicidios intencionados, verdaderos asesinatos.
d)     Trae una desvalorización de la profesión médica y una desconfianza generalizada en los cuidados terapéuticos, particularmente en los casos de ancianos y enfermos graves.
e)      Va contra el progreso de la medicina logrado a lo largo de siglos.

f)       Los diagnósticos casi nunca tienen certeza absoluta y pueden ocurrir errores.

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