lunes, 28 de julio de 2014

DILEMA SOCIAL DEL ABORTO

(La clandestinidad)

No se puede dejar de reconocer la existencia de este hecho social, pues su número e importancia tiende a aumentar. Importa destacar las significaciones sociales, culturales y políticas que conlleva. La discusión sociopolítica de su liberalización o no, esta sustentada en un gran numero de argumentos de corte sociológico:

a)      El progreso técnico que elimina los riesgos de las intervenciones abortivas
b)      La creciente permisividad que origina una elevada aceptación social del aborto
c)      Las deficiencias y fallos en el control de la natalidad
d)     El crecimiento demográfico, junto con los intereses políticos y económicos de determinados grupos y países, que sienten la tentación de manipular a otros mediante la inducción a la practica del aborto
e)      El horror ante un embarazo defectuoso, detectado mediante amniocentesis.
f)       La extensión del abanico de motivaciones personales
g)      La emancipación de la mujer
h)      La difusión acrítica de determinadas corrientes filosóficas que plantean el problemas de la existencia o no de vida propiamente humana durante algunas etapas del embarazo
i)        Situaciones de injusticia social en educación, cultura, vivienda, trabajo, economía.

Ninguno de los dilemas sociales que se suscitan en el entorno de la situación de la mujer que se inclina a abortar serán causa para justificar un aborto, pues nadie, por ninguna razón esta legitimado para disponer de la vida de otra persona. La vida es un valor inherente, indisponible e inviolable de todo ser humano desde su concepción.

PELIGRO DEL ACOSTUMBRAMIENTO


Su generalización en nuestra sociedad y la difusión de corrientes de pensamiento que tratan de justificar este homicidio en consideración de factores sociales o económicos, ha llevado a que convivamos con la realidad del aborto y con el grave peligro de acostumbrarnos a admitirlo.
La realidad social del aborto puede ser manipulada por ciertos medios de comunicación que en lugar de preocuparse por la perdida de vidas humanas en estado embrionario, se hacen eco de movimientos feministas pretendiendo tutelar a la mujer.

No hay que perder la sensibilidad, es necesario tomar conciencia de que en cada aborto se siega una vida humana inocente. No se puede permitir que gane la idea que el aborto es un tratamiento contra la “enfermedad” del embarazo no deseado.

¿SOCIEDAD ABORTISTA?

La estrecha relación entre el ejercicio sexual y la procreación se encuentra quebrada en el mundo contemporáneo. La revolución sexual ha significado el paso de una sociedad puritana a una liberal, donde tener relaciones sexuales no implica necesariamente abrirse a la posibilidad de tener hijos. Esa liberación gradual ha llevado en los últimos años a una apertura en relación a la legalización del aborto. La posible despenalización del aborto tiene graves implicancias para el bienestar futuro de nuestra sociedad. Entre otros problemas, podríamos comenzar a distanciarnos de los principios fundamentales, como el respeto del derecho a la vida. De darse esta despenalización, el Estado abandonaría o transgrediría una de sus funciones principales, que es la de respetar el valor y la igualdad de toda vida humana. En muchos casos la mentalidad abortista y el desprecio por la vida humana comienzan por una mentalidad sexual antiprocreativa, en la que se vive el desafío de llegar al máximo placer con la mayor seguridad de que no se procreará. Este desprecio por la función procreativa de la sexualidad lleva a que vaya madurando progresivamente un desprecio por el procreado y por la vida.

LOS DILEMAS SOCIALES NO SE SUPERAN LEGALIZANDO EL ABOPRTO: “MUERTES POR ABORTOS LEGALES”

Existe la iniciativa de un grupo de ginecólogos que asesoran a mujeres que pretenden abortar en temas sanitarios y de salud, según dicen con el objetivo de disminuir las muertes causadas por abortos clandestinos. Lo increíble es que en lugar de adoptar medidas para no llegar al aborto, y atentar contra la vida del hijo, se les asesora para cuidar su propia vida sin tener en cuenta la vida del hijo, a quien no consideran un ser humano desde la concepción. Este tipo de asesoramiento puede llevar a la instigación para delinquir o bien a la complicidad en el delito de aborto respecto de los médicos o técnicos que se presten para estas actitudes. Sin  lugar a dudas que desde el punto de vista social la situación de la mujer que decide abortar clandestinamente es riesgosa y difícil pero la solución al problema no se puede dar ayudando a que se le quite la vida al hijo.

Legalizar el aborto nunca es la solución. La experiencia indica que la clandestinidad se sigue buscando para esconder la vergüenza del homicidio o lograr mayor privacidad. En EEUU donde se legalizo el aborto, las clínicas clandestinas siguen operando igual o mas que antes. La legalidad no elimina la vergüenza y el deseo de que se desconozca el homicidio que se va a cometer, razón por la cual la clandestinidad no se elimina.

Como problema social grave podríamos encararlo solo desde el punto de vista de la madre que sufre, pero ¿quién se ocupa de la vida del que esta en el seno materno? ¿acaso esta persona no tiene derechos? ¿acaso no sufrirá cuando sea destrozada en el aborto? ¿acaso porque no puede trasmitir su dolor, porque no se queja, podemos despreocuparnos d ella o hacer de cuenta que no existe?.
No es que se desconozca la difícil situación social de la madre, sino que el problema es del binomio madre-hijo, porque si existen dos vidas, la única opción es respetarlas a ambas.

ABORTO POR COACCION


Es frecuente que la mujer enfrente el embarazo no deseado como consecuencia de la coacción de la pareja, de los padres o de autoridades laborales.
El novio puede decirle que si no aborta romperá la relación; el padre que la castigara; o el medio social podrá discriminarla.
El egoísmo, la falta de solidaridad y comprensión, lleva a que en ocasiones interfieran o presionen “terceros” de forma que la mujer finalmente actúa por temores o amenazas a la hora de decidir sobre el futuro de su hijo.

ABUSO Y ABANDONO DE NIÑOS


Las investigaciones marcan que la mujer que aborto asume conductas agresivas, sentimientos de depresión, de odio, que descarga en el marido o los hijos.

DIVORCIO Y DESTRUCCIÓN DE LA RELACION FAMILIAR


En la mayor parte de las parejas el aborto genera graves problemas de relación, que pueden
Concluir en el divorcio o en la separación. El aborto determina reproches internos, recriminaciones, desconfianza, disfunción sexual.

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