lunes, 11 de agosto de 2014

LA PÍLDORA DEL DÍA DESPUÉS Y EL DERECHO A LA VIDA

Una tarea importante de nuestra generación es construir una sociedad que valore y respete el derecho a la vida, piedra angular de todos los derechos humanos.

El respeto a la vida humana no admite discriminaciones. Hemos de respetar la vida del hombre y de la mujer, del recién concebido, del niño y del anciano, del pobre y del enfermo, del inmigrante,
del enemigo y del encarcelado. todas son don de Dios; todas están llamadas a experimentar e incrementar el respeto y el amor; todas tienen la vocación de participar con gozo de la vida y de la felicidad de Dios.

El Santo  Padre no se cansa de proponer que construyamos la familia como un santuario de la vida, que plasmemos relaciones mas justas en la sociedad; que evitemos las guerras y que nos preocupemos de construir un mundo favorable a la vida, promoviendo una auténtica “ecología humana”. Por la causa de la vida, la Iglesia promueve la abolición de la pena de muerte y el respeto irrestricto a la vida de quienes aun no han nacido, pero ya gozan de la existencia.

El derecho al ejercicio a la propia libertad tiene un límite absoluto: el derecho a la vida de los demás. Corrientes impulsadas por movimientos feministas pretenden justificar el aborto como un derecho de la mujer a tomar decisiones sobre su cuerpo. El ser que viene en camino es una vida nueva llamada a nacer, que espera respeto y cariño. No es “su cuerpo”, es una vida distinta a la suya, que por disposición del Creador, le ha sido confiada para ayudarla a nacer.

Alteraciones en el lenguaje

Son tales los intereses económicos y políticos en juego a nivel internacional, que se han introducido alteraciones en el lenguaje, para hacer aceptable lo que no lo es. El concepto de embarazo fue alterado, ya no es definido como el proceso que empieza con la concepción, sino con la anidación en el útero. Algunos sostienen que la vida se inicia en este momento. Se llega al extremo en ciertos estados, de negarle el derecho a la vida al niño en gestación mientras no haya nacido.

Son palabras y conceptos que tienen por finalidad logar que la cultura y las leyes le abran las puertas al aborto.

Defensa de los derechos humanos

La Iglesia Católica no tiene sobre estas materias una doctrina arbitraria. Las investigaciones científicas mas serias, concluyen que uno de los mecanismos por los cuales actúa esta píldora es impidiendo la anidación del ovulo ya fecundado, produciendo la perdida de una vida humana ya iniciada. En este sentido afirma que uno de los efectos de la píldora del día siguiente es abortivo.

El respeto irrestricto a la vida humana la lleva a confiar en la conciencia de cada uno, que impulsara a cumplir el mandamiento de Dios, que es camino hacia la vida, que prohíbe matar. Con la misma energía  con que intervino a favor de las victimas de los derechos humanos en el pasado, hoy señala que es hora de abolir la pena de muerte por ser inhumana, como también la necesidad de defender el derecho a la vida de todo ser humano desde sus inicios.

El Santo Padre Juan Pablo II dice en su Encíclica Evangelium vitae: “Con el tiempo, las amenazas contra la vida no disminuyen. No se trata solo de amenazas procedentes del exterior, de las fuerzas de la naturaleza o de los “Caínes” que asesinan a los “Abeles”; no se trata de amenazas programadas de manera científica y sistemática. El siglo XX será considerado una época de ataques masivos contra la vida, una serie interminable de guerras y una destrucción permanente de vidas humanas inocentes. Estamos ante una objetiva conjura contra la vida, que ve implicada a instituciones internacionales, dedicadas a alentar y programar autenticas campañas de difusión de la anticoncepción, la esterilización y el aborto. El problema esta también en el plano cultural, político y social, donde existe una tendencia cada vez mas frecuente a interpretar estos delitos contra la vida como legitimas expresiones de la libertad individual, que deben reconocerse y ser protegidos como verdaderos y propios derechos”. (Evangelium vitae 17s).


La disociación de la sexualidad del amor conyugal y de la apertura a la vida va generando una mentalidad anticonceptiva y abortista, que inclina a considerar la vida recién concebida como una amenaza a la felicidad y no como un don maravilloso.

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