Una
tarea importante de nuestra generación es construir una sociedad que valore y
respete el derecho a la vida, piedra angular de todos los derechos humanos.
El
respeto a la vida humana no admite discriminaciones. Hemos de respetar la vida
del hombre y de la mujer, del recién concebido, del niño y del anciano, del
pobre y del enfermo, del inmigrante,
del enemigo y del encarcelado. todas son don de Dios; todas están llamadas a experimentar e incrementar el respeto y el amor; todas tienen la vocación de participar con gozo de la vida y de la felicidad de Dios.
del enemigo y del encarcelado. todas son don de Dios; todas están llamadas a experimentar e incrementar el respeto y el amor; todas tienen la vocación de participar con gozo de la vida y de la felicidad de Dios.
El
Santo Padre no se cansa de proponer que
construyamos la familia como un santuario de la vida, que plasmemos relaciones
mas justas en la sociedad; que evitemos las guerras y que nos preocupemos de
construir un mundo favorable a la vida, promoviendo una auténtica “ecología
humana”. Por la causa de la vida, la
Iglesia promueve la abolición de la pena de muerte y el
respeto irrestricto a la vida de quienes aun no han nacido, pero ya gozan de la
existencia.
El
derecho al ejercicio a la propia libertad tiene un límite absoluto: el derecho
a la vida de los demás. Corrientes impulsadas por movimientos feministas pretenden
justificar el aborto como un derecho de la mujer a tomar decisiones sobre su
cuerpo. El ser que viene en camino es una vida nueva llamada a nacer, que
espera respeto y cariño. No es “su cuerpo”, es una vida distinta a la suya, que
por disposición del Creador, le ha sido confiada para ayudarla a nacer.
Alteraciones en el lenguaje
Son
tales los intereses económicos y políticos en juego a nivel internacional, que
se han introducido alteraciones en el lenguaje, para hacer aceptable lo que no
lo es. El concepto de embarazo fue alterado, ya no es definido como el proceso
que empieza con la concepción, sino con la anidación en el útero. Algunos sostienen
que la vida se inicia en este momento. Se llega al extremo en ciertos estados,
de negarle el derecho a la vida al niño en gestación mientras no haya nacido.
Son
palabras y conceptos que tienen por finalidad logar que la cultura y las leyes
le abran las puertas al aborto.
Defensa de los derechos humanos
El
Santo Padre Juan Pablo II dice en su Encíclica Evangelium vitae: “Con el
tiempo, las amenazas contra la vida no disminuyen. No se trata solo de amenazas
procedentes del exterior, de las fuerzas de la naturaleza o de los “Caínes” que
asesinan a los “Abeles”; no se trata de amenazas programadas de manera
científica y sistemática. El siglo XX será considerado una época de ataques
masivos contra la vida, una serie interminable de guerras y una destrucción
permanente de vidas humanas inocentes. Estamos ante una objetiva conjura contra
la vida, que ve implicada a instituciones internacionales, dedicadas a alentar
y programar autenticas campañas de difusión de la anticoncepción, la
esterilización y el aborto. El problema esta también en el plano cultural, político
y social, donde existe una tendencia cada vez mas frecuente a interpretar estos
delitos contra la vida como legitimas expresiones de la libertad individual,
que deben reconocerse y ser protegidos como verdaderos y propios derechos”.
(Evangelium vitae 17s).
La
disociación de la sexualidad del amor conyugal y de la apertura a la vida va
generando una mentalidad anticonceptiva y abortista, que inclina a considerar
la vida recién concebida como una amenaza a la felicidad y no como un don
maravilloso.
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