La
sexualidad es uno de los planos constitutivos de la naturaleza de todas las
especies del mundo animal. Lo que dignifica la sexualidad en el ser humano es
que la sexualidad procreadora y biológica esta justificada en aspectos
cognoscitivos y afectivos, en los que aparecen unidos el amor, la razón y las
posibilidades de la procreación. Presentada desde este punto de vista, aparece
como algo sublime, lleno de sentido y sentimiento, de profundo significado
humano que le marca al hombre las características propias de su dignidad. La
sexualidad no es solamente placer, ni éste, es el fin básico del sexo.
La
sexualidad entendida como condición sexuada, no se reduce a una actividad
concreta que requiere unos órganos específicos, sino que abarca toda la
modalización que hace que el varón y la mujer sean iguales y distintos en todas
las facetas de su ser, desde el tono de voz hasta la manera de andar.
Confundir
lo sexuado con lo sexual es entender de una manera muy reduccionista la
sexualidad que establece en todo el mundo humano una dualidad y una diferencia.
Quienes propugnan
la liberación sexual, lo que buscan es que exista el máximo de permisividad
posible, pues esto se asocia con placer. Este proceso tendiente al libertinaje
sexual fue favorecido por la aparición de distintos métodos anticonceptivos. La
situación se complica cuando movimientos de liberación femenina levantan el
estandarte del aborto y la anticoncepción como derechos fundamentales de la
mujer.
EL SEXO Y LA PERSONA
La
sexualidad es un componente fundamental de la personalidad, de su modo de ser,
de manifestarse, de comunicarse con otros, de sentir, de experimentar y de
vivir el amor humano. La sexualidad caracteriza a la persona en los aspectos
físico, espiritual y psicológico; no es algo que se “tiene” sino que conforma
el ser mismo de la persona. El sexo es algo que debe “aceptarse” y no algo de
lo que se dispone y puede cambiarse según las preferencias.
El
sexo conforma esencialmente a la persona como totalidad unificada y le es
inseparable. La sexualidad humana tiene un significado interpersonal, pues
permite expresar el amor y ser amado, presuponiendo la dualidad, reciprocidad y
diversidad (masculina y femenina) en el ámbito de lo que responde a la
naturaleza. El sexo no puede separarse del sentimiento espiritual pues se
volvería meramente corpóreo o de placer animal. Cuando el sexo se convierte en
genitalidad es como si viéramos un cuerpo sin alma.
A este respecto el Catecismo
de la Iglesia Católica dice:
“La
sexualidad abraza todos los aspectos de la persona humana en la unidad de su
cuerpo y su alma. Concierne particularmente a la afectividad, a la capacidad de
amar y de procrear y, de manera mas general, a al aptitud para establecer
vínculos de comunion con otro” (2332)
Significado del cuerpo humano
El
cuerpo tiene un significado antropológico que se refiere a caracteres sexuales
y espirituales. En tanto el hombre es un ser sexuado, la masculinidad o la
feminidad marcan el significado del cuerpo, y se individualizan en un aspecto
orgánico y en una realidad espiritual y psicológica.
La
masculinidad y la feminidad están influenciadas en su desarrollo y maduración
por la recepción de aspectos educativos y culturales. En este proceso de
individualización pueden existir anomalías, cuyo origen es muy discutido.
Dualidad sexual
El
hombre y la mujer son seres sexuados. La vida humana depende de la dualidad y
la complementariedad sexual. La pertenencia a uno u otro sexo queda establecida
desde la misma concepción según ciertos factores hormonales, genéticos y
morfológicos.
Esta dualidad se
enfoca desde los siguientes ángulos:
a)
Sexo cromosómico: determinado por
44 cromosomas más 2 cromosomas sexuales. Femenino se expresa como XX, cuando es
masculino XY.
b)
Sexo gonádico: marcado por
diferentes gónadas, testículos (masculino), ovarios (femenino)
c)
Sexo genital: determinado por
caracteres anatómicos peculiares. En el varón se tiene glande, pene, escroto;
en la mujer clítoris, labios mayores y menores.
Si bien la mujer no
es igual al varón desde el punto de vista corporal o cromosómico, tiene la
misma naturaleza humana y dignidad de persona.
Ambos
sexos son diferentes pero se complementan. La diferencia incide en la
personalidad. La complementariedad que significa armonía, lleva a una
integración, pues el varón y la mujer sienten atracción y de esta posible
integración es de donde puede surgir el origen de la vida.
La sexualidad va
mas allá de la genitalidad
El
sexo es un acto con significado en tres dimensiones: espiritual, psíquico y
físico. La sexualidad es polivalente. Estas tres dimensiones dignifican el acto
sexual cuando están presentes. Si el sexo es solo relación corporal, esta se
despersonaliza. La sexualidad exige genitalidad pero no se agota en ella. La
genitalidad es un dato anatómico y una función fisiológica. La sexualidad no es
un mero dato ni una función, es una dimensión constitutiva de la persona que se
refiere a todo su ser.
El
sexo es algo más que la relación corporal externa al ser; supone una relación
que involucra a toda la persona (cuerpo, espíritu y psiquis).
Diferenciación de la “relación sexuada” y la “relación
sexual”
En
la relación sexuada se destaca el relacionamiento amistoso entre personas de
distinto sexo, si recurrir a la sexualidad.
La
relación sexual se expresa en la genitalidad y supone la entrega del cuerpo y
espíritu del hombre y la mujer.
La
relación sexual natural se caracteriza por ser heterosexual con la
participación de un hombre y una mujer (unidad y exclusividad), que parte de un
relacionamiento permanente y con finalidad procreativa posible.
Finalidad del acto sexual
El
acto sexual en su tridimensión (espiritual, psíquica y corpórea) tiene por
finalidad fundamental la expresión del amor humano y la procreación. A través
de la sexualidad el hombre se proyecta hacia el futuro.
La
unión sexual es un acto que implica totalidad y reciprocidad, pudiendo de este
relacionamiento físico-amoroso-psicológico surgir una nueva vida.
Aquí
se advierte la diferencia entre procrear y producir vidas. En el primer caso el
nuevo ser surge en la dignidad del amor humano, en el segundo es el resultado
de aplicar una técnica de laboratorio. La dimensión unitiva y procreativa de la
relación humana es lo que dignifica al nuevo ser procreado.
La
paternidad responsable supone asumir la sexualidad en su verdad. La fecundación
artificial quiebra esta unidad y pretende la procreación o producción de vida
sin que sea fruto de la manifestación del amor humano.
El amor y el sexo
Todo
ser humano tiende a amar y espera ser amado. El término amor es usado con
corrección cuando refleja no solo la atracción hacia el otro, sino que este
otro es querido en sí mismo y para sí mismo. El otro no es quien satisface mis
necesidades sino que es la persona por la que doy o me entrego por su bien.
Amor no es recibir, es dar.
Se
destacan como características de este amor: la exclusividad, la perpetuidad, la
fecundidad y el compromiso.
EL SEXO Y LA IDENTIDAD SEXUAL
La
“libertad sexual” se ha traducido en la perdida de la propia identidad natural
o biológica en lo que se refiere al sexo de cada persona. Ha proliferado la
idea de que la masculinidad, la feminidad, la homo o la heterosexualidad, no
son roles naturales sino artificiales en los que la libertad del hombre juega
un papel esencial.
sexo esta determinado por la configuración
cromosómica y genética, por tanto la diferenciación y la identidad sexual,
están determinadas biológicamente de forma muy clara, constituyen algo dado por
la naturaleza.
Diferente
es lo que algunos denominan desde la perspectiva de género “orientación
sexual”; con este termino se pretende disociar la “conducta sexual”
(heterosexualidad, bisexualidad, homosexualidad) de la identidad sexual que por
naturaleza le corresponde al varón o a la mujer. Se afirma que la orientación
sexual no esta determinada por el sexo sino por factores como la educación,
factores culturales, etc.
En
el ámbito biológico pueden existir ciertas anomalías en lo referente a la
determinación del sexo propiamente tal, por algún defecto orgánico o funcional.
En el ámbito psicológico y cultural, pueden existir influencias que lleven a
algunas personas a confundir su identidad sexual, pero no por ello hay que
hablar de orientación sexual, lo que constituye un eufemismo que pretende normalizar
lo que en sí es un defecto.
En
el ámbito social se constata una creciente influencia del movimiento feminista
que se caracteriza por pretender ocupar los lugares y las funciones que realiza
regularmente el hombre. Paradójicamente en lugar de aportar su peculiar punto
de vista, su ternura y su sentido maternal, muchas mujeres han terminado
imitando al hombre.
Como
consecuencia de esta “liberación” aparece la moral bisexual y se incrementa el
homosexualismo. Se intenta buscar una base científica a la afirmación que la
heterosexualidad y la homosexualidad son aspectos igualmente normales de la
naturaleza humana.
Aspectos
antropológicos de la sexualidad
Los caracteres
del sexo no son solo orgánicos, sino que tienen aspectos psicológicos,
sensitivos que son propios de cada sexo, por ello el sexo no solo depende del
cuerpo sino de la persona sexuada como totalidad unificada. La sexualidad
humana no es una cosa sino que esta formando parte de la persona como totalidad
unificada donde estructuralmente el cuerpo y el espíritu no son separables.
Causas de la crisis en la identidad sexual
La
identidad sexual se adquiere progresivamente en la infancia y en la
adolescencia.
La
conciencia de la propia identidad supone un proceso de reconocimiento del
propio ser, y es en esta época donde pueden suscitarse causas que afecten la
correcta determinación de la identidad sexual de la persona.
La
función del padre o madre no siempre se desarrolla como debiera en la etapa
adecuada. En muchos casos es la falta de presencia ejemplar del padre o madre
lo que se traduce en distorsiones para sus hijos.
Junto
a la identidad sexual personal que debe asumir cada uno, esta la identidad
sexual genérica que depende de la ponderación social. Se ha visto el fomento de
la cultura denominada “unisex”, que asume cierta aceptación social y supone un
debilitamiento de la esencia de la masculinidad y feminidad autenticas.
En
toda persona con tendencia homosexual existe un trastorno de identidad sexual
más o menos importante, pero un trastorno de identidad sexual puede dar lugar o
no a una conducta homosexual, ya que todo hombre actúa de manera deliberada.
Anomalías
El
seudohermafroditismo está marcado por una discordia entre los factores
gonádicos y cromosómicos. Pueden existir genitales masculinos y carga
cromosómica femenina. El transexualismo supone una disociación entre el sexo y
la tendencia psicológica que experimenta en sentido opuesto; el varón
psicológicamente se siente mujer.
En
la homosexualidad los aspectos físicos del sexo se usan para lograr una
satisfacción erótica con personas del mismo sexo. El travestismo se caracteriza
por la necesidad de llevar la ropa del sexo opuesto como condición para
alcanzar la excitación sexual.
ASPECTOS ETICOS
DE LA SEXUALIDAD
Catecismo de la
Iglesia Católica
“La
fornicación es la unión carnal entre un hombre y una mujer fuera del
matrimonio. Es gravemente contraria a la dignidad de las personas y a la
sexualidad humana, naturalmente ordenada al bien de los esposos como a la
generación y educación de los hijos. Es un escándalo grave cuando hay de por
medio corrupción de menores” (2333)
La corporeidad y
la sexualidad son momentos inseparables del amor conyugal y de la procreación. Los documentos de la Iglesia han aportado argumentos desde el punto
de vista teológico y bíblico, y han señalado claros principios filosóficos,
antropológicos y éticos a propósito de la sexualidad, partiendo de que solo
tiene sentido propio de la dignidad de persona en el ámbito del amor conyugal y
cuando se utiliza para dar sustento a una familia con sentido responsable.
El ejercicio de la sexualidad encuentra sentido y rectitud, plenitud
humana y justificación, sólo en el matrimonio, donde
aparece un lazo de unión en el ejercicio del acto conyugal entre lo que es la
dimensión unitiva y la dimensión procreativa, en el sentido de que el acto
conyugal debe permanecer abierto a la procreación y de que la procreación debe
estar anclada en el acto conyugal.
La
sexualidad desde el punto de vista ético supone el respeto del “principio de
la veracidad”. El hombre y la mujer no crean ni inventan la sexualidad,
pero esta tiene un lenguaje natural que debe ser respetado. La sexualidad es
moral y coherente con la persona sólo en la medida en que deja ver su
significado, que es el del amor y del don de sí. La sexualidad debe representar
la expresión de la fuerza del amor entre las personas en relación a la vocación
matrimonial de cada una.
La
libertad sexual implica ponderar la responsabilidad que ello supone por las
repercusiones que puede tener en los mismos participantes del acto sexual, en
la familia y en la sociedad toda. El sexo no es un mero juego, ni puede
prescindir de la obligada riqueza de la espiritualidad que implica.
Interesa
destacar el principio de la inseparabilidad entre el aspecto unitivo y el
procreativo en la unión conyugal, en la medida que pertenece a la propia
estructura del amor humano y de la dignidad de la persona y se deriva de la ley
natural. Más que el matrimonio como institución, es el amor conyugal que
comporta los dos aspectos inseparables: unión y procreación.
Estos
razonamientos chocan con el principio según el cual el hombre debe disfrutar
todo lo posible durante su vida y tratar de generar todo el placer que pueda,
prioritariamente placer sexual. En estos casos el amor queda reducido a
genitalidad.
La sexualidad es mucho más que la genitalidad o el placer venéreo. La
sexualidad no es solo placer orgánico sino que involucra en forma directa y
natural algo mucho más importante, que es la trasmisión de la vida. La relación sexual buscada solo por placer, cerrada al amor y a la
vida, caerá fácilmente en el egoísmo o narcisismo y convertirá a la persona en
una cosa.
Sobre
el cuerpo y la sexualidad no existe poder de disposición, ambos debe ser
utilizados con responsabilidad.
Sexo, libertad, responsabilidad y conyugalidad
Catecismo de la Iglesia Católica
“La castidad significa la
integración lograda de la sexualidad en la persona y por ello en la unidad
interior del hombre en su ser corporal y espiritual. La sexualidad, en la que
se expresa la pertenencia del hombre al mundo corporal y biológico, se hace
personal y verdaderamente humana cuando esta integrada en la relación de
persona a persona, en el don mutuo total t temporalmente ilimitado del hombre y
la mujer. La virtud de la castidad, por tanto, entraña la integridad de la
persona y la totalidad del don” (2337)
“La castidad significa la integración
de la sexualidad en la persona. Entraña el aprendizaje del dominio personal”
(2395)
Gaudium et spes
“Los actos con los que los esposos
se unen intima y castamente entre si son honestos y dignos, y, realizados de
modo verdaderamente humano, significan y fomentan la reciproca donación, con la
que se enriquecen mutuamente con alegría y gratitud” (GS 49)
El acto sexual es
una parte de la sexualidad pero no todo. La sexualidad supone amor expresado a
través del cuerpo con posibilidad de trasmitir la vida. A través de ella se
produce la integración amorosa y corporal entre personas de distinto sexo.
Cuando se utiliza
el sexo solo con fin del placer, se disocia al cuerpo del espíritu y el acto
sexual se convierte en un acto orgánico.
El acto sexual debe
ser libre y responsable, aceptando las consecuencias posibles, la procreación.
Actuar con responsabilidad exige una entrega total de cuerpo y espíritu, lo que
exige estabilidad en el vínculo unitivo.
La conyugalidad no
es una imposición cultural o jurídica, sino una exigencia de la responsabilidad
propia del acto sexual que sea genuino al responder a una realidad espiritual,
amorosa, corpórea y psicológica.
Familiaris consortio
“Una primera situación irregular es el del
llamado matrimonio a prueba, que muchos quieren hoy justificar, atribuyéndole
un cierto valor. La misma razón humana insinúa ya no su aceptabilidad,
indicando que es poco convincente que se haga un experimento tratándose de
personas humanas, cuya dignidad exige que sean siempre y únicamente termino de
un amor de donación, sin limite alguno ni de tiempo ni de otras
circunstancias”.
El matrimonio entre dos bautizados es el
símbolo real de la unión de Cristo con la Iglesia, una unión no temporal o “ad
experimentum” sino fiel eternamente, por tanto entre dos bautizados no puede
haber mas que un matrimonio indisoluble.
Esto no se consigue sin una verdadera educación
en el amor autentico y en el recto uso de la sexualidad, de tal manera que
introduzca a la persona humana en la plenitud del misterio de Cristo” (80)
Declaración persona humana sobre algunas
cuestiones de ética sexual por la Congregación para la Doctrina de la Fe
Muchos reivindican hoy el derecho a la unión
sexual antes del matrimonio”.
Semejante opinión se opone a la doctrina
cristiana, según la cual deben mantenerse en el cuadro del matrimonio todo acto
genital humano”.
Jesucristo quiso que fuese estable la unión y
la restableció a su primitiva condición, fundada en la misma diferencia sexual.
“No habéis leído que el Creador desde el
principio los hizo varón y mujer y que dijo: por eso dejara el hombre a su
padre y a su madre y se unirá a su esposa y los dos se harán una sola carne. Lo
que Dios unió que no lo separe el hombre”
El amor de los esposos queda asumido por el
matrimonio en el amor con el cual Cristo ama irrevocablemente a la Iglesia,
mientras la unión corporal en el desenfreno profana el templo del Espíritu
Santo que es el cristiana.
La unión carnal no puede ser legitima sino
cuando se ha establecido una definitiva comunidad de vida entre un hombre y una
mujer.
Para que la unión sexual responda
verdaderamente a las exigencias de su propia finalidad y de la dignidad humana,
el amor tiene que tener su salvaguardia en la estabilidad del matrimonio.
Las relaciones prematrimoniales excluyen las
mas de las veces la prole, y lo que se presenta como un amor conyugal no podar
desplegarse en un amor paternal y maternal.
ASPECTOS MEDICOS
Pueden existir
situaciones medicas que pongan en tela de juicio el respeto de los aspectos
básicos del acto sexual humano. Por ejemplo situaciones afrontadas por enfermos
mentales o disminuidos psíquicamente, en los que se plantea la necesidad de
privarles de las posibilidades reproductoras del acto sexual, en atención a los
abusos que con ellos se pueden cometer. Se enfrenta la posibilidad que el
medico pueda recomendar la esterilización de estas personas lo que atentaría
contra su dignidad y sus derechos fundamentales. La solución no parece venir
por ese lado sino asumir medidas medicas, psicopedagógicas, familiares y
sociales para evitar los problemas que se pueden producir en estas situaciones.
ASPECTOS
SOCIALES
La familia es
la primera y definitiva muestra de la dimensión social y cultural de la
sexualidad. La familia es la institución natural para la formación de la
personalidad en sus aspectos culturales y sociales. Por desgracia han
proliferado las relaciones concubinarias o uniones de hecho, e igualmente las
uniones de homosexuales que en forma antinatural pretenden conformar tipos
especiales de familia.
Hay que respetar el termino familia
para la unión jurídicamente reconocida de un hombre y una mujer para el
surgimiento de nuevas vidas.
La familia es una escuela, debe ser el
primer ejemplo de lo que es el ejercicio racional de la libertad y el deber de
proceder conforme a pautas de justicia, solidaridad y bien común. La educación
y el ejemplo recibidos en la vida de familia suelen ser la base para que la
persona madure e identifique su sexo, ordene sus valores existenciales y
aprenda a defender la vida, proyectándola con la dignidad que merece y dentro
de las exigencias éticas y naturales sustanciales.
ASPECTOS
EDUCATIVOS
Enseñar
supone trasmitir determinados conocimientos sobre un tema, educar
implica infundir valores o principios.
Educación sexual no puede suponer
enseñar como se usa un preservativo o como se desarrollan los aspectos
biológicos de la genitalidad humana; en esta educación se busca algo mas
profundo que es “educarse para amar”.
La primera máxima señala que el
acto sexual sin amor animaliza y si no esta abierto a la vida, es una acto
antinatural.
Son los padres los primeros
responsables en la “educación para el amor” que deben brindar a sus hijos.
La segunda máxima pasa por
tener muy claro que la genitalidad es sustancial, pues de ella puede surgir la
misma vida humana y en consecuencia se comenzara por un claro llamado a la
responsabilidad que debe comenzar por un reordenamiento de valores en la
persona.
Existe una contracultura de la
educación para amar que circula en los medios de comunicación y en las
ideologías de algunos pensadores que priorizando el problema del SIDA o la
necesidad de evitar el crecimiento poblacional propician el sexo para el placer
sin amor y sin apertura a la vida. Esta mala educación es la que lleva luego a
embarazos no deseados en adolescente, al aborto, a la propagación del SIDA,
todo debido al incremento de la promiscuidad en los adolescentes.
El amor supone entrega espiritual y
física.
Educación
para el amor humano o para el sexo seguro
Se ha confundido lo que es educación
para el amor con lo que es educación sexual. Se educa para el uso del sexo en
forma “segura” de manera de evitar la procreación y las enfermedades.
La educación que se imparte carece del
auspicio de los valores morales esenciales que deben estar presentes en el acto
sexual. El tema central se concreta en saber como se usan la gama de
anticonceptivos para evitar la procreación sexual o evitar la trasmisión de
enfermedades como el SIDA.
Esta educación de carácter hedonista
es la puerta del resto de males que caracterizan a la “cultura de la muerte”.
Esta forma de educación sexual no hace mas que difundir en niños, adolescentes
y jóvenes la anticoncepción y el desprecio por el valor de la vida.
Se promociona como algo natural la
fornicación, la masturbación o el homosexualismo. Además introducen en forma solapada
la idea de “genero” en sustitución de la de sexo. Se presenta como algo
aceptable la existencia de más de dos sexos; se asume como normal el
homosexualismo, el bisexualismo, el lesbianismo...
Se pretende distorsionar la verdadera
educación sexual implantando una cultura hedonista, individualista y egoísta
que presenta como bien de consumo el lograr el máximo de placer como el valor
supremo.
La educación sexual debe partir de una
visión integral que supone la existencia de un verdadero amor entre un hombre y
una mujer, y no mera genitalidad.
FECUNDACIÓN
Es el inicio del ciclo vital del ser
humano. No se limita a un acto sino que es el resultado de todo un proceso
biológico a partir del cual se inicia un desarrollo constante en el que cada
fase de la vida humana se conduce a la siguiente. A parir de la fecundación se
inicia un proceso de desarrollo vital y de integración biológica inexorable que acabara con la muerte del
individuo.
Los espermatozoides deberán
ingresar primero al interior del útero,
a través del cuello uterino por el canal cervical. A ese nivel se produce en
los días cercanos a la ovulación, un fluido o flujo mucoso de características
particulares, que actúa como filtro del semen y aporta elementos para la
supervivencia de los espermatozoides.
Se requiere la presencia de un
promedio de 300 millones de espermatozoides en la vagina de la mujer, de los
que solo un pequeño número llegara al óvulo.. la fecundación se da cuando el
espermatozoide hace contacto con el óvulo. El espermatozoide se une a la zona
pelúcida del óvulo que contiene receptores exclusivos. La adhesión dura unos 15
minutos. Luego el espermatozoide se abre paso a través de la zona pelucida y la
atraviesa; esta penetración dura unas 7 horas. El óvulo genera una membrana de
fecundación para evitar que los demás espermatozoides ingresen dentro de él.
Es en este momento que el
espermatozoide se introduce dentro del óvulo y se cierra la zona pelucida
cuando se inicia la nueva vida.
Cuando lo fecundado es un ser humano
se utiliza la denominación de concepción o procreación.
CONCEPCIÓN
Como resultado de la fecundación y de
la unión del óvulo con el espermatozoide, y luego de haber concluido el proceso
ya señalado, se produce la concepción, esto es, el surgimiento de un
nuevo ser producto de la unión de dos células también vivas.
Aparece una célula que contiene dos
pronúcleos con 23 cromosomas cada uno: el del hombre y el de la mujer con
diferente información geneática. Viene entonces la singamia que es el
intercambio de información genética y la fusión de los dos pronucleos dando
lugar al formación del cigoto.
Después de la unión que configura la concepción resultado de la
fecundación, existe un ser vivo, que es sujeto de derecho al que se debe
proteger. A los 14 días después de la concepción se
produce la anidación en el útero materno.
A
modo de conclusión, a partir de la fusión de óvulo y espermatozoide el nuevo
ser tiene individualización.
NACIMIENTO
El
nacimiento se produce cuando se da la separación del ser ya existente del seno
materno, y se corta el cordón umbilical.
El
nacimiento es una etapa en el proceso de la vida del ser ya existente como
persona. No es que la persona comience con el nacimiento.
PRESELECCIÓN DEL
SEXO
La
activación del cromosoma Y contra el X es lo que determina el nuevo ser
masculino o femenino. Hoy es posible seleccionar el sexo antes de que la
criatura sea formada. La pregunta es si ello puede considerarse ético o
conforme a la naturaleza.
Asimismo se
pretende cambiar el sexo. Aquí existe un atentado contra la integridad e
identidad del embrión como persona que debe rechazarse o censurarse desde el
punto de vista ético.
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