miércoles, 13 de agosto de 2014

LAS PASIONES Y LOS SENTIMIENTOS

Unidad y complejidad de la persona moral

§  El hombre no es solo espíritu, en su actuar intervienen también las facultades propias de la vida vegetativa y sensitiva.

§  Los fenómenos conocidos como sentimientos, emociones o afectos, que experimentamos como procedentes de un estrato mas elemental que el constituido por la libre iniciativa del yo, forma parte de nuestro actuar y frecuentemente desempeñan un papel muy importante.


§  Son consecuencia de la unión substancial de alma y cuerpo, que implica una profunda interconexión entre las operaciones de la sensibilidad y las racionales.

§  La actividad de la razón y de la voluntad requiere el conocimiento y el apetito sensible, y estos necesitan la integridad de los sentidos, del cerebro, etc.
§  Las operaciones de la sensibilidad se integran armónicamente en la personalidad humana si reciben la adecuada dirección y control de la razón y la voluntad.

§  Pasiones (en el lenguaje teológico): actos de las facultades apetitivas de la sensibilidad, esto es, sentimientos, afectos o emociones. Son fenómenos no racionales pero no significa que sean siempre contarios a la razón o impulsos violentos que trastornan al hombre.

§  La presencia de las pasiones en la vida humana es un hecho absolutamente normal. Han estado presentes en la vida de los santos (Catecismo n. 1763) y en la vida de Cristo (Mt 26,38-39; Lc 10,21).

§  La sensibilidad reacciona solo ante lo que constituye para ella un valor positivo o negativo: por eso el sentimiento, aun siendo veraz, no representa siempre una guía segura para el bien integral del hombre.

§  Las pasiones no son en si mismas un obstáculo a la voluntariedad de la acción humana; las de normal intensidad son una de las motivaciones mas frecuentes de las acciones voluntarias (S.Th I-II q. 6, a.7).

§  Las pasiones y los sentimientos constituyen la base que elaborada y moderada por el yo, impulsa muchas acciones humanas y desarrolla el carácter psicológico y moral de la persona.

§  No deben considerarse un enemigo que se debe combatir o eliminar, sino como parte del propio ser, que debe integrarse y regularse según las exigencias del bien personal.

§  La integración armónica de las pasiones en el yo es tarea especifica de las virtudes éticas.

§  La esfera tendencial y sentimental no impide la libre expresión de la persona; al contrario la estructura afectiva es una de las expresiones mas claras y mas inmediatas de la personalidad moral del hombre.
Las pasiones en la Antropología cristiana

Antropología  integral

§  En el contexto de la Sagrada Escritura, las pasiones no reciben una valoración únicamente negativa, pues se atribuyen al mismo Dios (Dt 28,63; Is 30,27) y a Jesús (Mt 21,12-13; Lc 22,44; Jn 11,33-35)

§  Según la doctrina de la Iglesia, las pasiones son positivas o negativas desde el punto de vista moral “en la medida en que dependen de la razón y de la voluntad. Pertenece a la perfección del bien moral o humano el que las pasiones estén reguladas por la razón” (S.Th.,I-II q 24, a 3).

§  Las pasiones ordenadas contribuyen al buen comportamiento moral.

§  Lo que es mas concorde con la naturaleza humana es ordenar todos los movimientos pasionales de manera que el hombre entero se esfuerce en la realización del bien.

§  “Mi corazón y mi carne se regocijaron en el Dios vivo” (Salmo 83, 3)


Impulso pasional y obrar humano

§  Las pasiones pueden cegar la inteligencia o hacerla mas clarividente con el fin de mostrar el camino mejor para agradar al amado.

§  El desorden introducido por el pecado hace que cada apetito busque su propio objeto independientemente del orden racional; en lugar de facilitar la recta intención de la voluntad, las pasiones pueden dificultarla, a causa de su disgregación en la búsqueda del bien humano.

§  Los pecados personales agravan este desorden. El pecado oscurece la inteligencia y acrecienta el desorden pasional que a su vez impulsa al pecado.

§  Los Padres de la Iglesia asemejan las pasiones (buenas y malas) a los árboles que crecen en el campo del alma; se pueden eliminar fácilmente cuando no han crecido mucho, es mas difícil cuando crecen.

§  El hombre que con la gracia de Dios, lucha por ser santo, supedita su sensibilidad al querer divino, de tal modo que le resulta fácil dominar las pasiones desordenadas y hacer predominar las ordenadas.

§  Las pasiones son moralmente buenas cuando contribuyen a una acción buena, y malas en caso contrario.

§  La voluntad recta ordena al bien y a la bienaventuranza los movimientos sensibles que asume; la voluntad mala sucumbe a las pasiones desordenadas y las exacerba.

§  Las emociones y sentimientos pueden ser asumidos en las virtudes o pervertidos en los vicios.



Influjo mutuo entre las pasiones y la voluntad

§  Las pasiones pueden originarse independientemente de la voluntad. Pueden producir un acto externo involuntario que no tendría valor moral; se afirma que la moralidad no consiste en “sentir” sino en “consentir” un impulso pasional.

§  Normalmente el influjo de las pasiones sobre el obrar depende del consentimiento de la voluntad.

§  La gracia de Dios, reforzando profundamente la voluntad, la hace cada vez mas apta para ser el centro unificador de la persona y aumenta su dominio sobre la sensibilidad.

§  Los santos alcanzan un notable equilibrio en los movimientos pasionales.

§  “Cuan dulce se me hizo de repente la privación de las dulzuras frívolas, y las que antes tenia que perder, ahora gozo privándome de ellas. Tú verdadera y suprema dulzura, las expulsabas de mi, las expulsabas y entrabas en su lugar mas dulce que cualquier placer, pero no para la carne y la sangre; mas claro que toda luz, pero mas escondido que cualquier secreto, mas elevado que todo honor, pero no para quien se engríe en sí. Mi animo estaba libre ya de las preocupaciones mordaces de la ambición, de la posesión y de las bajezas de las pasiones, y hablaba, hablaba contigo mi gloria, mi riqueza y mi salvación, Señor Dios mío”. (San Agustín, Confesiones)


§  Pasiones antecedentes: afectos que se sienten antes de que la voluntad tome una decisión respecto a ellas.
-          motus primo primi: aparecen sin ser advertidas y menos aprobadas por la voluntad
-          motus secundo primi: son advertidas pero no pueden preceder a la libre decisión

§  Influyen sobre la voluntad:
-          condicionando el juicio practico de la razón para que acepte como conveniente lo que la pasión desea.
-          a través de la limitación humana: cuando una pasión es muy fuerte, se apropia de la capacidad de atención y de las energías operativas, dejando poco espacio para un acción de control de la voluntad.

§  Pasiones consecuentes: su actuación depende de la voluntad, sea porque están instigadas por una decisión voluntaria, o porque una vez generadas de modo espontáneo son después libremente aprobadas.

§  Pasión concomitante: reflejo d ela voluntariedad de la acción; no se busca por si misma, sino que aparece contemporáneamente al acto voluntario; si es aceptada libremente se convierte en consecuente.



Clasificación tomista de las pasiones

Pasiones del apetito concupiscible

§  El apetito concupiscible o tendencia al bien placentero, se dirige hacia el bien percibido por los sentidos mediante:
-          atracción del bien considerado en si mismo
-          deseo, si el bien esta ausente o lejano
-          complacencia, si el bien es poseído

§  En cuanto al mal encontramos:
-          odio, o disgusto por el mal en cuanto tal
-          fuga, alejamiento respecto a un mal posible
-          sufrimiento o dolor por el mal presente

Pasiones del apetito concupiscible:

§  Amor: primera y mas radical de las pasiones, fuente de toda otra tendencia afectiva

§  Odio: movimiento de rechazo de lo que se opone al bien amado. Es ordenado cuando es aversión al mal; desordenado cuando lleva al rechazo del bien que esta unido a cierto mal

§  Deseo: atracción por el bien e impulso pasional que instiga a conseguirlo

§  Fuga: propósito de alejar y si es posible destruir el mal odiado

§  Gozo: complacencia en el bien amado y poseído; tiene el carácter de meta del obrar y facilita la perseverancia en el esfuerzo por conseguir el bien. El gozo sensible se llama placer, es bueno cuando se ama ordenadamente. El gozo espiritual se llama alegría.

§  Tristeza: aflicción y dolor por la privación de un bien conveniente. Es la mas pasiva de las pasiones, el mal presente tiende a dominar la persona privándola de las fuerzas para obrar el bien.

§  La Sagrada Escritura alerta contra sus peligros:


-          “Echa lejos de ti la tristeza, que la tristeza perdió a muchos y no hay en ella utilidad” (Si 30,21.23)
-          Existe una tristeza ordenada por ejemplo frente al pecado: “Si os entristecí con mi carta, no me pesa, porque aquella tristeza os movió al arrepentimiento” (2Co 7,8-10)


Las pasiones del apetito irascible

§  El objeto del apetito irascible es el bien sensible pero difícil de conseguir, el bien arduo; se presenta como conveniente (en cuanto bien) y como inconveniente (por el esfuerzo necesario para conseguirlo).

§  Según la factibilidad de lograr el bien difícil:
-          esperanza: se confía en su logro
-          desesperación o abatimiento: falta de confianza

§  Teniendo en cuenta los medios para conseguirlo:
-          audacia: lleva a superar las dificultades
-          ira: reacción violenta ante los obstáculos insuperables
-          temor: aflicción o miedo ante un mal inminente

Pasiones del impulso agresivo

§  Esperanza: movimiento que produce el apetito del bien difícil pero posible, se tiene la confianza de superar los obstáculos y de conseguirlo.

§  Desesperación: falta la confianza de alcanzar el bien con los medios que se poseen.

§  Audacia: lleva a vencer las dificultades que se presentan para alcanzar el bien arduo; tiende a sobreponerse al temor superándolo.

§  Ira: movimiento de indignación y de repulsa ante las dificultades que impiden la consecución de un bien. Es una pasión ordenada cuando nace de un amor correcto, y desordenada en caso contrario.

§  Temor: surge de una amenaza al bien amado difícilmente evitable; lleva a huir de ese mal. La causa es la gravedad y la inminencia del peligro, al mismo tiempo que la falta de medios apropiados para vencerlo. La verdadera confianza en Dios elimina el temor.

Relación de las pasiones con la imputabilidad moral

Las pasiones en general

§  Las pasiones antecedentes, en la medida en que perturban la razón, disminuyen la responsabilidad del acto.

§  La pasión concomitante, que sigue espontáneamente al acto voluntario, no cambia la responsabilidad: es un signo de la intensidad de la voluntariedad.

§  La pasión consecuente aumenta la imputabilidad, pues ha sido atizada voluntariamente para actuar con mayor intensidad


Estudio especial del temor

§  El temor pude tener repercusiones notables sobre la voluntad; disminuye y en algunos casos anula la responsabilidad moral.

§  Puede ser:
-          grave o leve, según la intensidad (algo subjetivo)
-          justo: por un justo motivo
-          injusto: no responde a un motivo justo y proporcionado


Principios en relación a su imputabilidad moral:

§  Disminuye la voluntariedad según su gravedad objetiva y subjetiva. El temor no anula normalmente la responsabilidad del mal cometido.
§  Las leyes positivas no obligan en caso de temor grave, pues no obligan cum grave incommodo. Si obligan con temor leve.
§  Las leyes negativas (referidas a actos intrínsecamente malos) obligan incluso con temor grave.
§  Superar el temor es signo de mayor voluntariedad.

§  El temor puede hacer nulos o al menos rescindibles ciertos actos que por su importancia y consecuencias requieren una libertad plena.

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