Unidad y complejidad de la persona moral
§ El hombre no es solo espíritu, en su actuar intervienen también las
facultades propias de la vida vegetativa y sensitiva.
§ Los fenómenos conocidos como sentimientos, emociones o afectos,
que experimentamos como procedentes de un estrato mas elemental que el
constituido por la libre iniciativa del yo, forma parte de nuestro actuar y
frecuentemente desempeñan un papel muy importante.
§ Son consecuencia de la unión substancial de alma y cuerpo, que implica
una profunda interconexión entre las operaciones de la sensibilidad y las
racionales.
§ La actividad de la razón y de la voluntad requiere el conocimiento y el
apetito sensible, y estos necesitan la integridad de los sentidos, del cerebro,
etc.
§ Las operaciones de la sensibilidad se integran armónicamente en la
personalidad humana si reciben la adecuada dirección y control de la razón y la
voluntad.
§ Pasiones (en el lenguaje teológico): actos de las facultades apetitivas
de la sensibilidad, esto es, sentimientos, afectos o emociones. Son fenómenos
no racionales pero no significa que sean siempre contarios a la razón o
impulsos violentos que trastornan al hombre.
§ La presencia de las pasiones en la vida humana es un hecho
absolutamente normal. Han estado presentes en la vida de los santos (Catecismo
n. 1763) y en la vida de Cristo (Mt 26,38-39; Lc 10,21).
§ La sensibilidad reacciona solo ante lo que constituye para ella un
valor positivo o negativo: por eso el sentimiento, aun siendo veraz, no
representa siempre una guía segura para el bien integral del hombre.
§ Las pasiones no son en si mismas un obstáculo a la voluntariedad de la
acción humana; las de normal intensidad son una de las motivaciones mas
frecuentes de las acciones voluntarias (S.Th I-II q. 6, a .7).
§ Las pasiones y los sentimientos constituyen la base que elaborada y
moderada por el yo, impulsa muchas acciones humanas y desarrolla el carácter
psicológico y moral de la persona.
§ No deben considerarse un enemigo que se debe combatir o eliminar, sino
como parte del propio ser, que debe integrarse y regularse según las exigencias
del bien personal.
§ La integración armónica de las pasiones en el yo es tarea especifica de
las virtudes éticas.
§ La esfera tendencial y sentimental no impide la libre expresión de la
persona; al contrario la estructura afectiva es una de las expresiones mas
claras y mas inmediatas de la personalidad moral del hombre.
Las pasiones
en la Antropología
cristiana
Antropología integral
§ En el contexto de la Sagrada Escritura , las pasiones no reciben una
valoración únicamente negativa, pues se atribuyen al mismo Dios (Dt 28,63; Is
30,27) y a Jesús (Mt 21,12-13; Lc 22,44; Jn 11,33-35)
§ Según la doctrina de la
Iglesia , las pasiones son positivas o negativas desde el punto
de vista moral “en la medida en que dependen de la razón y de la voluntad.
Pertenece a la perfección del bien moral o humano el que las pasiones estén
reguladas por la razón” (S.Th.,I-II q 24, a 3).
§ Las pasiones ordenadas contribuyen al buen comportamiento moral.
§ Lo que es mas concorde con la naturaleza humana es ordenar todos los
movimientos pasionales de manera que el hombre entero se esfuerce en la
realización del bien.
§ “Mi corazón y mi carne se regocijaron en el Dios vivo” (Salmo 83, 3)
Impulso
pasional y obrar humano
§ Las pasiones pueden cegar la inteligencia o hacerla mas clarividente
con el fin de mostrar el camino mejor para agradar al amado.
§ El desorden introducido por el pecado hace que cada apetito busque su
propio objeto independientemente del orden racional; en lugar de facilitar la
recta intención de la voluntad, las pasiones pueden dificultarla, a causa de su
disgregación en la búsqueda del bien humano.
§ Los pecados personales agravan este desorden. El pecado oscurece la
inteligencia y acrecienta el desorden pasional que a su vez impulsa al pecado.
§ Los Padres de la
Iglesia asemejan las pasiones (buenas y malas) a los árboles
que crecen en el campo del alma; se pueden eliminar fácilmente cuando no han
crecido mucho, es mas difícil cuando crecen.
§ El hombre que con la gracia de Dios, lucha por ser santo, supedita su
sensibilidad al querer divino, de tal modo que le resulta fácil dominar las
pasiones desordenadas y hacer predominar las ordenadas.
§ Las pasiones son moralmente buenas cuando contribuyen a una acción
buena, y malas en caso contrario.
§ La voluntad recta ordena al bien y a la bienaventuranza los movimientos
sensibles que asume; la voluntad mala sucumbe a las pasiones desordenadas y las
exacerba.
§ Las emociones y sentimientos pueden ser asumidos en las virtudes o
pervertidos en los vicios.
Influjo mutuo
entre las pasiones y la voluntad
§ Las pasiones pueden originarse independientemente de la voluntad.
Pueden producir un acto externo involuntario que no tendría valor moral; se afirma
que la moralidad no consiste en “sentir” sino en “consentir” un
impulso pasional.
§ Normalmente el influjo de las pasiones sobre el obrar depende del
consentimiento de la voluntad.
§ La gracia de Dios, reforzando profundamente la voluntad, la hace cada vez
mas apta para ser el centro unificador de la persona y aumenta su dominio sobre
la sensibilidad.
§ Los santos alcanzan un notable equilibrio en los movimientos
pasionales.
§ “Cuan dulce se me hizo de repente la privación de las dulzuras
frívolas, y las que antes tenia que perder, ahora gozo privándome de ellas. Tú
verdadera y suprema dulzura, las expulsabas de mi, las expulsabas y entrabas en
su lugar mas dulce que cualquier placer, pero no para la carne y la sangre; mas
claro que toda luz, pero mas escondido que cualquier secreto, mas elevado que
todo honor, pero no para quien se engríe en sí. Mi animo estaba libre ya de las
preocupaciones mordaces de la ambición, de la posesión y de las bajezas de las
pasiones, y hablaba, hablaba contigo mi gloria, mi riqueza y mi salvación,
Señor Dios mío”. (San Agustín, Confesiones)
§ Pasiones antecedentes: afectos que se sienten
antes de que la voluntad tome una decisión respecto a ellas.
-
motus primo primi: aparecen sin ser advertidas y menos aprobadas por la voluntad
-
motus secundo primi: son advertidas pero no pueden preceder a la libre decisión
§ Influyen sobre la voluntad:
-
condicionando el juicio practico
de la razón para que acepte como conveniente lo que la pasión desea.
-
a través de la limitación humana:
cuando una pasión es muy fuerte, se apropia de la capacidad de atención y de
las energías operativas, dejando poco espacio para un acción de control de la
voluntad.
§ Pasiones consecuentes: su actuación depende de
la voluntad, sea porque están instigadas por una decisión voluntaria, o porque
una vez generadas de modo espontáneo son después libremente aprobadas.
§ Pasión concomitante: reflejo d ela
voluntariedad de la acción; no se busca por si misma, sino que aparece
contemporáneamente al acto voluntario; si es aceptada libremente se convierte
en consecuente.
Clasificación
tomista de las pasiones
Pasiones del
apetito concupiscible
§ El apetito concupiscible o tendencia al bien placentero, se
dirige hacia el bien percibido por los sentidos mediante:
-
atracción del bien considerado en si mismo
-
deseo,
si el bien esta ausente o lejano
-
complacencia, si el bien es poseído
§ En cuanto al mal encontramos:
-
odio,
o disgusto por el mal en cuanto tal
-
fuga,
alejamiento respecto a un mal posible
-
sufrimiento o dolor por el mal presente
Pasiones del
apetito concupiscible:
§ Amor: primera y mas radical de las pasiones, fuente de toda otra
tendencia afectiva
§ Odio: movimiento de rechazo de lo que se opone
al bien amado. Es ordenado cuando es aversión al mal; desordenado cuando lleva
al rechazo del bien que esta unido a cierto mal
§ Deseo: atracción por el bien e impulso
pasional que instiga a conseguirlo
§ Fuga: propósito de alejar y si es posible
destruir el mal odiado
§ Gozo: complacencia en el bien amado y poseído;
tiene el carácter de meta del obrar y facilita la perseverancia en el esfuerzo
por conseguir el bien. El gozo sensible se llama placer, es bueno cuando se ama
ordenadamente. El gozo espiritual se llama alegría.
§ Tristeza: aflicción y dolor por la privación
de un bien conveniente. Es la mas pasiva de las pasiones, el mal presente
tiende a dominar la persona privándola de las fuerzas para obrar el bien.
§ La Sagrada Escritura alerta contra sus peligros:
-
“Echa lejos de ti la tristeza, que
la tristeza perdió a muchos y no hay en ella utilidad” (Si 30,21.23)
-
Existe una tristeza ordenada por
ejemplo frente al pecado: “Si os entristecí con mi carta, no me pesa, porque
aquella tristeza os movió al arrepentimiento” (2Co 7,8-10)
Las pasiones
del apetito irascible
§ El objeto del apetito irascible es el bien sensible pero difícil de
conseguir, el bien arduo; se presenta como conveniente (en cuanto bien) y como
inconveniente (por el esfuerzo necesario para conseguirlo).
§ Según la factibilidad de lograr el bien difícil:
-
esperanza: se confía en su logro
-
desesperación o abatimiento: falta de confianza
§ Teniendo en cuenta los medios para conseguirlo:
-
audacia: lleva a superar las dificultades
-
ira:
reacción violenta ante los obstáculos insuperables
-
temor:
aflicción o miedo ante un mal inminente
Pasiones del
impulso agresivo
§ Esperanza: movimiento que produce el apetito
del bien difícil pero posible, se tiene la confianza de superar los obstáculos
y de conseguirlo.
§ Desesperación: falta la confianza de alcanzar
el bien con los medios que se poseen.
§ Audacia: lleva a vencer las dificultades que
se presentan para alcanzar el bien arduo; tiende a sobreponerse al temor
superándolo.
§ Ira: movimiento de indignación y de repulsa
ante las dificultades que impiden la consecución de un bien. Es una pasión
ordenada cuando nace de un amor correcto, y desordenada en caso contrario.
§ Temor: surge de una amenaza al bien amado
difícilmente evitable; lleva a huir de ese mal. La causa es la gravedad y la
inminencia del peligro, al mismo tiempo que la falta de medios apropiados para
vencerlo. La verdadera confianza en Dios elimina el temor.
Relación de
las pasiones con la imputabilidad moral
Las pasiones
en general
§ Las pasiones antecedentes, en la medida en que perturban la razón,
disminuyen la responsabilidad del acto.
§ La pasión concomitante, que sigue espontáneamente al acto voluntario,
no cambia la responsabilidad: es un signo de la intensidad de la voluntariedad.
§ La pasión consecuente aumenta la imputabilidad, pues ha sido atizada
voluntariamente para actuar con mayor intensidad
Estudio
especial del temor
§ El temor pude tener repercusiones notables sobre la voluntad; disminuye
y en algunos casos anula la responsabilidad moral.
§ Puede ser:
-
grave o leve, según la intensidad (algo subjetivo)
-
justo:
por un justo motivo
-
injusto: no responde a un motivo justo y proporcionado
Principios en
relación a su imputabilidad moral:
§ Disminuye la voluntariedad según su gravedad objetiva y subjetiva. El
temor no anula normalmente la responsabilidad del mal cometido.
§ Las leyes positivas no obligan en caso de temor grave, pues no obligan cum
grave incommodo. Si obligan con temor leve.
§ Las leyes negativas (referidas a actos intrínsecamente malos) obligan
incluso con temor grave.
§ Superar el temor es signo de mayor voluntariedad.
§ El temor puede hacer nulos o al menos rescindibles ciertos actos que
por su importancia y consecuencias requieren una libertad plena.
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