1. Prostitución
Definición
Es el hecho que una persona practique por causa de
retribución, cuando generalmente no dispone de ningún otro medio de
subsistencia, relaciones sexuales habituales, constantes y repetidas, con todo
el que viene y al primera petición, sin escoger ni rechazar su socio, teniendo
como objeto principal la ganancia y no el placer. Generalmente la ejercen las
mujeres, pero también los hombres y los niños, y las prestaciones sexuales
pueden realizarse de forma heterosexual o bien homosexual.
Existe un tipo de prostitución
semiprofesional u ocasional. Como fuente suplementaria de ingresos.
Hay quien afirma que para un
joven ir donde prostitutas supone un progreso en el desarrollo de su
personalidad y sexualidad. Esta opinión es una atrocidad en el aspecto moral y
en el psicológico. El acto sexual se degrada y se pervierte cuando carece de
sentido amoroso.
Hay que tener cuidado también con
un cierto tipo de prostitución formal que puede darse en el matrimonio cuando
un cónyuge se casa con el otro por dinero, belleza, etc y no por los valores de
la persona. Degrada la persona del otro y va derecho a la infelicidad
matrimonial.
Régimen legal
En realidad la lucha contra la
prostitución es bastante ineficaz porque en casi todos lo códigos existentes se
parte del principio de que prostituirse es una acto libre, y más aún el acceso
a la prostitución. Lo único que se busca es controlar las enfermedades
venéreas, evitar la prostitución precoz y los actos de violencia que puedan
degenerar en escándalo público. La prostitución en sí misma no está condenada en los códigos
penales.
Reclutamiento y práctica de la prostitución
Sus causas principales son el
desarraigo social debido a la ausencia de un hogar sano; a la desorientación,
incomunicación y soledad e las grandes ciudades; a una vida sexual demasiado
libre y un ambiente amoral; a la falta de recursos para ganarse la vida de
algunas madres solteras o mujeres separadas; la esclavitud por la droga que las
conduce a prostituirse para conseguir dinero. Todos estos factores empujan a la
calle a ganarse la vida como sea. Pero además está el ansia insaciable de
dinero de unos canallas que montan un negocio tan infame como rentable y la
existencia de unos clientes con exceso de dinero y ansia de placer aunque sea a
costa de la dignidad ajena.
El 90% de las prostitutas están
flanqueadas por un proxeneta que intenta abolir su personalidad para asegurar
el rendimiento más elevado. La incitación se hace por anuncios o
correspondencia, siendo el dinero el motor de la profesión.
Hay también prostitutas de lujo.
A menudo han elegido libremente su profesión, que les depara cuantiosas
ganancias.
Se da también un tipo intermedio
de prostitución en el que existe un contrato y horas de trabajo. Se cobra por
alterne y por el ejercicio de la profesión, abundando entre éstas las mujeres
separadas.
Existe también la prostitución
masculina, cuyos clientes son mujeres y homosexuales, así como la infantil. No
es raro en este último caso la existencia de redes mafiosas.
El cliente
No existiría la prostitución si
no hubiera clientes, es decir, hombres dispuestos a utilizar los servicios de
las mujeres que ofrecen su cuerpo por dinero. Hay clientes ocasionales y los
hay los habituales, con frecuencia neuróticos que no abordan otras relaciones
sociales o sexuales, o bien enfermos mentales obsesivos. Suele ser también
cliente el adolescente que inicia sus primeras aventuras.
El proxeneta
El proxenetismo es una actividad
ilícita que consiste el organizar la prostitución de otra persona con un fin
lucrativo. Es una grave plaga social. Se les puede clasificar en las siguientes
categorías: a) rufianes o chulos, que son los “protectores” o propietarios de
las mujeres, a quienes estas entregan la mayor parte de sus ganancias; b)
propietarios de locales; c) alcahuetas o celestinas. Toman la iniciativa de la
convocatoria y cuando se dan las condiciones de encuentro avisa a ambas partes;
la chica en este caso suele ser de primera categoría; d) traficantes, hay
verdaderas redes encargadas del tráfico prostitucional.
La opinión pública
La mayor parte de la gente opina
que la prostitución es un mal necesario. Necesitamos mentalizarnos en la idea
de que la prostitución, más que delito contra la honestidad, es delito contra
las personas, y que el prostituirse no es un acto de verdadera libertad, sino
todo lo contrario, y que por lo tanto también el cliente debería poder ser
perseguido jurídicamente aunque el peso de la ley evidentemente debe recaer
sobre los proxenetas.
La inmensa mayoría de
especialistas que han dedicado su vida a combatir este azote social están de
acuerdo en que las casas de prostitución son una de las formas más odiosas de
esclavitud humana.
El rescate
No bastan las medidas
legislativas, sino que se necesita la aportación de muchas buenas voluntades.
Se están creando centros específicos de información, orientación y apoyo a la
mujer con problemas, atendidos por personal calificado. Hay instituciones
civiles y religiosas que se ocupan de las prostitutas, acogiéndolas e
intentando su recuperación.
Labor pastoral
Es difícil que nos encontremos en
el confesionario con el proxeneta, el más culpable de todos. Habría que pedirle
y exigirle que se dedique a un oficio más honrado y honroso.
Al cliente es más fácil
encontrarlo. Hay que hacerle ver lo malo que supone su comportamiento,
reduciendo a su compañera al nivel de cuerpo-objeto o de cuerpo-mercancía y
siendo su pecado mayor que el de la prostituta.
A la prostituta hay que procurar
comprenderla y tratarla con bondad. De ser posible contactarla con alguna
institución que le pueda ayudar mejor. Tan falso es creer que estas chicas son
malas de por sí, como creer que son todas estupendas y víctimas de los demás y
de las circunstancias. En el confesionario
tratémosla con el máximo cariño. Basta que diga el tiempo que hace que
se dedica a este oficio y hacerle ver su dignidad de persona y de que Cristo
perdonó a la mujer pecadora del evangelio. Procuremos imitar a Cristo en esa
acogida atendiéndolas con normalidad y de una manera sencilla y afectuosa.
La prostitución es evidentemente
un grave problema social del que hemos de tomar conciencia, y en el que la
sociedad podría hacer bastante más, especialmente en su fase preventiva.
2. Uniones irregulares
Violación y rapto
Se comete violación cuando se
realiza el acto sexual con otra persona sin su consentimiento. La violación o
estupro encierra un crimen especial de injusticia o deshonra.
La persona violada, es
aconsejable que se comporte así: a) decirlo a sus parientes más próximos,
padres o marido; b) acudir al médico; c) informar a la policía, incluso aunque
no haya la obligación legal, para que se persiga al culpable y no suceda lo
mismo a otras personas.
El estupro es particularmente
grave cuando se violan personas subnormales, o se busca satisfacer los
instintos de fornicación con inferiores, o se hace con una menor virgen.
Otro pecado especialmente grave
contra la justicia lo constituye el rapto, es decir, el secuestro o retención
violenta, con el fin de llegar a la fornicación.
La violación o estupro, el rapto
y los abusos deshonestos son delitos castigados por el código penal.
La unión libre
Podemos dividir a quienes no
quieren contraer matrimonio, pero viven en pareja en los siguientes grupos: a)
los que lo hacen por un radical rechazo al matrimonio; b) los que lo toman como
un matrimonio de prueba, c) aquellos casos en que una de las partes sí desearía
contraer matrimonio y piensa convencerlo en el futuro, siendo muchas veces la
llegada de un niño lo que los hace casarse; d) los que sin rechazar el
matrimonio no han encontrado todavía la persona, o al menos no piensan sea
aquella con la que conviven ahora con la que contraerán en el futuro un
matrimonio estable.
La unión libre es prácticamente
un matrimonio sin lazo legal ni religioso, que lleva consigo la institución de
un hogar y de una vida a dos con o sin niños.
A veces se alega una imposibilidad temporal para contraer matrimonio de
tipo social, económico o familiar.
Es rara la unión libre
verdaderamente aceptada sin temor o prejuicios. Normalmente se da el deseo de
conservar la libertad sexual con evasión de la responsabilidad. Lleva consigo
la negativa a comprometerse con su pareja, lo que significa la negación de la
dignidad personal de ésta, y aunque sea por consentimiento mutuo, no deja de
ser una relación en la que el más débil, el que mas ama suele ser el perdedor.
La unión o amor libre representa
un retroceso en la evolución afectiva, porque se trata de una tendencia egoísta
sin verdadera donación de sí mismo. La entrega del amor debe ser total. El amor
libre limitado en el tiempo y en la intensidad de la donación no es sino el
amor sexual egoísta, que intenta sobre todo evadir responsabilidades.
El amiguismo
Es una unión temporal de carácter
tanto sentimental como sexual. La elección recíproca no es puramente carnal,
incluso aunque así lo crean ambos, sino que está basada en motivos
inconscientes que emanan de la profundidad del ser, lo que explica la fuerza y
la constancia de alguna de estas uniones.
a)
la de dos solteros, termina en matrimonio o en la
ruptura
b)
la relación entre un hombre casado y una mujer soltera
(gerente-secretaria, abogado-clienta, profesor-alumna
c)
la relación mujer casada-hombre soltero es menos frecuente
debido a la sociedad machista
d)
la relación entren dos casados, más compleja. A veces
se desearía retroceder en el tiempo para volver a ser libres; otras veces se
trata de relaciones de tipo edipiano.
El gran enemigo del amiguismo es
la publicidad. Raras veces se logra soportar la presión social.
El matrimonio de prueba
Se intenta comprender desde
dentro si el matrimonio funciona o no. Motivos corrientes son la inseguridad
personal, el miedo al fracaso y a la soledad, el desconocimiento del sentido
profundo del amor, la necesidad de probar a la pareja antes de casarse para
siempre.
Este tipo de matrimonio con su
planteamiento falto de compromiso vicia sustancialmente lo que es el amor
interpersonal, haciendo precaria la estabilidad de la pareja.
La promiscuidad sexual
Difiere de la prostitución en que
no comporta pago directo. Estos
individuos se autojustifican diciendo que tienen grandes necesidades sexuales
en cantidad y calidad y que deben cambiar de pareja. El “don Juan” no es ningún
prototipo de virilidad sino de un pobre hombre.
El incesto
Consiste en el acto venéreo
tenido entre consanguíneos o afines, cuyo grado de parentesco constituye
impedimento matrimonial. Es circunstancia agravante en cuanto constituye pecado
contra la piedad familiar y viola la ley natural.
En muchos casos es una forma de
violación en cuanto que consiste en una relación sexual por la fuerza. En el
caso de padres-hijas, las niñas, en su condición de menores dependientes son
obligadas a obedecer, a hacerse cómplices de un comportamiento secreto y a
someterse al dominio del padre.
Toda esta serie de uniones
irregulares denota una inmadurez sexual que hace que quien la padece no pueda
con frecuencia llegar a un verdadero matrimonio y si lo hace, tiene muchas
probabilidades de que su matrimonio sea infeliz porque no es capaz de amar con
un amor verdaderamente personal y generoso. Tienen además. Graves consecuencias
religiosas y morales como la pérdida del sentido religioso del matrimonio, la
privación de la gracia del sacramento, el escándalo que las rodea, así como,
desde el punto de vista social, suponen la destrucción del concepto de la
familia, el debilitamiento del sentido de la fidelidad, la afirmación del
propio egoísmo y los posibles traumas psicológicos a los hijos.
3. Enfermedades venéreas
Son enfermedades de tipo infeccioso que se contraen
generalmente en las relaciones sexuales con una persona infectada.
Las más importantes son:
a)
la blenorragia, gonorrea o purgaciones que es la
más frecuente, se contrae por contacto sexual siendo las prostitutas sus
mejores trasmisoras. Se cura con el uso oportuno de antibióticos, pero siempre
es posible un nuevo contagio;
b)
la sífilis que puede evolucionar en tres fases;
c)
el SIDA, Síndrome de Inmunodeficiencia adquirida
se caracteriza por una deficiencia en el sistema inmunitario del organismo que
hace a la persona susceptible a numerosas enfermedades (infecciosas y
tumorales). Es causada por un virus que se trasmite a través del contacto
sexual (homo o herterosexual), de transfusiones de sangre o productos de la
sangre contaminados, por el intercambio de agujas contaminadas (usuarios de
drogas endovenosas) o uso de instrumental médico-quirúrgico contaminados, así
como de la madre al feto antes, durante o poco después del parto. Es mortal y a
la fecha aun se carece de un tratamiento curativo.
Está claro que estas enfermedades
nos ponen en guardia contra los riesgos de una sexualidad excesivamente
promiscua.
El mejor medio de luchar contra
enfermedades como el SIDA es la abstinencia y la fidelidad sexual.
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